El fallo del Jurado destaca que en la novela hay dos voces narrativas unidas "por un estilo común y una alta ambición expresiva". Ambas cuentan historias aparentemente símiles, con el denominador común de un pasado familiar cuyo dolor solo se soporta gracias a la distancia temporal y la frialdad de los narradores.

   La trama y la subtrama de las dos historias se van desarrollando "con gran sutileza y con un resultado de gran calidad literaria", señala el jurado, compuesto por José María Guelbenzu, Mercedes Monmany, Marcos Giralt y Antonio Colinas, bajo la Presidencia de Rosa Regás. El Café Gijón es un premio que se propone fomentar la creación literaria, con independencia absoluta de intereses comerciales.

   En 'Todos los miedos', según la nota, confluyen dos historias que aparentemente no comparten ningún vínculo de unión: la de una mujer que tras ser secuestrada y torturada durante varios días logra sobrevivir al infierno al que es sometida y debe afrontar la nueva vida que surge después de su tragedia personal, y la de un enfermo terminal que debe enfrentarse a la última etapa de su existencia. Dos historias que, pese a nacer de premisas opuestas, comparten un mismo miedo sobre cómo afrontar el futuro.

   La temática de la 'gestión del dolor' es recurrente en la obra del autor, que analiza la forma en la que una persona o un grupo de personas afrontan una circunstancia extraordinaria que modifica sus vidas para siempre.

   Asimismo, se explica que el título de la novela fue elegido a modo de "humilde" homenaje a la obra 'Todos los fuegos el fuego', de Julio Cortázar, que incluye uno de los textos que más han influido en el género y el estilo literario del autor; La autopista del sur.

Foto: Café Gijón.