La Asociación Internacional de Escritores y Periodistas de Vinos y Espirituosos (World Association of Writers and Journalists of Wines and Spirits –WAWWJ-) acaba de dar a conocer el ranking de las mejores bodegas y vinos del mundo. Estos resultados, basados en las puntuaciones otorgadas por 13.000 profesionales a más de 630.000 muestras de vino en el año 2014, sitúan a Cosme Palacio Tinto Crianza 2011 en el puesto 12 con un total de 7 premios, situándose como el primer vino en la categoría de vinos tintos tranquilos, y también el primero de la prestigiosa Denominación de Origen Calificada Rioja.
Por su parte, el grupo de bodegas Hijos de Antonio Barceló se posiciona en el puesto 16, la 4ª compañía española en esta clasificación de TOP 100 WINERIES OF THE WORLD. Con un total de 58 premios cosechados a lo largo de 2014 por sus diferentes marcas, este nuevo ranking sitúa al grupo de bodegas entre las de mayor crecimiento cualitativo de los últimos años, posicionándose por encima de algunas de las bodegas más reconocidas del mundo.
Elaborado con los mejores racimos de uva tempranillo de viñedos viejos en Laguardia, Cosme Palacio Tinto Crianza 2011 se ha convertido en una referencia para los paladares más exigentes, que valoran su excelente intensidad aromática, su potencia y elegancia equilibrada y su carácter único. Entre los premios recibidos en 2014 destacan las Medallas obtenidas en los prestigiosos concursos internacionales Mundus Vini, International Wine and Spirits Competition, Berliner Wein Trophy, Mondiale des Vins, entre otros, así como las distinciones otorgadas por la reconocida revista Decanter.
Según palabras de su enólogo, Roberto Rodríguez, estos premios “reflejan el trabajo realizado durante décadas en la búsqueda de la excelencia; son en definitiva un canto de energía al que es nuestro vino homenaje a Don Cosme Palacio, fundador de Bodegas Palacio. Reconocimientos como éste nos animan a seguir siendo meticulosos y perfeccionistas en nuestro trabajo para ofrecer lo mejor de nuestro terruño, desde que recogemos el fruto seleccionado hasta que la botella llega a la mesa, con el fin de convertirse en un vínculo emocional entre quienes la degustan”.