Revilla no callará hasta que Rajoy "pague el dinero de Valdecilla y licite las obras del tren que prometió"

Revilla no callará hasta que Rajoy "pague el dinero de Valdecilla y licite las obras del tren que prometió"

Cabezón de la Sal.-El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha asegurado hoy que no callará hasta que el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, "pague el dinero de Valdecilla y licite las obras del tren que prometió", reclamaciones que Revilla quiere trasladar personalmente a Rajoy en un encuentro que, vía carta postal, le ha solicitado "urgentemente".

 

En su mensaje institucional con motivo del Día de Cantabria en Cabezón de la Sal, Revilla ha hecho un repaso a la "cronología de agravios" del Estado con nuestra Comunidad Autónoma, que tiene como "golpe de tuerca definitivo" el "castigo" que infringen a la región los Presupuestos Generales del Estado para 2016.

"Hoy no voy a llorar, hoy me voy a cabrear", ha dicho el presidente en relación al descenso de la inversión del Estado en Cantabria y en alusión a las críticas que desde la oposición le acusan, precisamente, de "llorar" a menudo ante el Estado.

 

Sobre Valdecilla, ha dicho que es "de justicia" que el Gobierno de España pague las obras de un hospital que es "nacional" y, ante la explicación dada de que la partida de 29 millones "se ha caído a última hora", ha disentido: "Se cayó el 24 de mayo a las 10 de la noche cuando se supo que un señor con bigote iba a presidir Cantabria al frente de una coalición de Gobierno que representa la voluntad popular".

 

Con respecto al tren, Revilla ha recordado que los cántabros "no pedimos nada que no esté firmado y prometido, pedimos un `trenuco' de 3 horas para que el Puerto de Santander no se muera". En este sentido, ha defendido nuevamente un tren no solo para pasajeros, si no también para mercancías que impulsen la actividad de un Puerto que "está en 4 millones de toneladas desde la época de Carolo, que no despega" y que, sin ese tren, "no pasa de ser un `puertuco'" incapaz de competir ni con Gijón ni con Bilbao, tal y como le han asegurado al presidente los estibadores del Puerto, en una reunión reciente.

 

"Honradez y trabajo a tope"


Por otro lado, Miguel Ángel Revilla ha prometido "trabajo y honradez a tope"  para sacar a Cantabria del "panorama complicado" que tiene por delante. En este sentido, ha anunciado que el Gobierno será "implacable" con la corrupción y priorizará sobre la educación, la sanidad y la dependencia.

La industria será otra apuesta importante del Ejecutivo, que se canalizará en el impulso al Parque Científico y Tecnológico, el apoyo a la reindustrialización de Torrelavega y en la búsqueda de soluciones a los problemas que atraviesas algunas empresas cántabras. Así, confía en que Sniace pueda reabrir en septiembre, lo que sería una "gran noticia" como también lo es la solución dada a Greyco y la que se espera encontrar para Nestor Martin.

 

En su intervención, Revilla se ha referido también a la situación que atraviesan los ganaderos cántabros debido al "impresentable" precio de la leche. Según ha dicho, el Gobierno va a defender un "precio digno" para este producto de primera necesidad, consciente de la importancia de este sector para Cantabria y de la amenaza que supone esta problemática para los ganaderos. "Acabar con los ganaderos es acabar con los pueblos", ha lamentado.

 

Preocupaciones


Por lo demás, y después de llamar a conservar las tradiciones cántabras y la cultura popular, que tienen su mejor escaparate en este Día de Cantabria en Cabezón de la Sal, Revilla ha expresado una relación de "preocupaciones" personales entre las que se encuentran, en primer lugar, el paro, pero también otras como la dependencia de la justicia de los poderes políticos, los desequilibrios del sistema de financiación autonómica, la corrupción, la existencia de paraísos fiscales o la situación de Cataluña, que, a su juicio, está en una "deriva preocupante bajo la dirección de un mesiánico presidente que lleva a acometer ilegalidades y al pueblo a una situación complicada".

Más allá de esto último, el presidente se ha mostrado preocupado por el "sentimiento creciente" de distanciamiento con España, lo que, en su opinión, ha de llevar a la reflexión de que "algo se habrá hecho mal".

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