El senador de FORO manifestó ante la Cámara Alta su apoyo a la estabilidad presupuestaria y a la limitación del déficit público, pero rechazó la Reforma constitucional y puso en valor las leyes que en 2001 permitieron crecer económicamente y crear puestos de trabajo
- Oblanca subrayó que “en nombre del despilfarro socialista, el Partido Popular renuncia a su genuino acervo político y acepta una Reforma innecesaria que hace saltar por los aires el consenso constitucional”
El senador de FORO, Isidro Martínez Oblanca, intervino esta tarde ante el Pleno del Senado para manifestar en nombre de su partido el apoyo a los objetivos de estabilidad presupuestaria y de control del déficit público, pero el rechazo a la Reforma constitucional. “Lo que ha fracasado en España es la política del Partido Socialista, no la Constitución”, señaló Oblanca, único parlamentario de FORO en las Cortes Generales.
Para el senador asturiano, España tiene una gran experiencia en la elaboración de leyes que sirvieron para corregir el déficit público, promover el crecimiento económico y crear empleo. En este sentido puso énfasis en la Ley para garantizar la Estabilidad Presupuestaria que “en 2001 fue pionera en Europa y las dos leyes reguladoras de las finanzas públicas de las Comunidades Autónomas”. “Ahora, en nombre del despilfarro socialista, el Partido Popular renuncia a su genuino acervo político como impulsor de aquellas magníficas leyes para reformar ahora la Constitución y lavar los durísimos efectos de la irresponsable política económica realizada por el gobierno de Rodríguez Zapatero y sus aciagas consecuencias”, recalcó el parlamentario de FORO.
Oblanca recordó ante los miembros del Gobierno presentes en el Hemiciclo que España tiene “experiencia en elaborar leyes y pactos que permitieron afrontar situaciones económicas críticas sin necesidad de modificar la Constitución pero, eso sí, con gobiernos solventes dispuestos a ser respetuosos con objetivos serios y con los preceptos legales”.
El senador de FORO consideró en su intervención que “las consecuencias de la Reforma de la Carta Magna son imprevisibles ya que queda el poso de haber roto de forma innecesaria y rotunda las referencias de algo tan básico como es el sistema de convivencia en España”.
