La nueva campaña en Atapuerca revela la lucha entre grandes carnívoros y homínidos

La nueva campaña en Atapuerca revela la lucha entre grandes carnívoros y homínidos

IPHES/DICYT La campaña de excavación arqueológica que desde mediados de junio se ha desarrollado en Atapuerca (Burgos), y que finaliza esta semana, ha aportado fósiles muy relevantes para avanzar en el conocimiento sobre los ecosistemas y su evolución en distintos momentos de la prehistoria. Además, en la Sima del Elefante se ha realizado un sondeo que ha permitido documentar el nivel más antiguo de la zona de los yacimientos conocida como Trinchera del Ferrocarril.


En la parte superior del yacimiento de Gran Dolina se ha trabajado en el tramo medio del nivel TD10.3, de unos 450.000 años de antigüedad. Destaca la alta representación de grandes carnívoros (león, lobo...), tanto en forma de elementos de su esqueleto en sí como de marcas sobre los huesos de sus presas (en este caso, mayoritariamente caballos). Así, TD10 ofrece una espléndida oportunidad para establecer los modelos, en este caso sobre la actividad de estos depredadores, y sobre el modo en que compartían el espacio con los homínidos.


Las diferentes modalidades de ocupación documentadas en la secuencia de TD10 (campamento central, matadero de bisontes…), así como los datos obtenidos en otros yacimientos del Pleistoceno medio de Atapuerca, como Galería o la Sima de los Huesos, nos permiten estudiar como en muy pocos lugares del mundo, los ecosistemas de hace entre 300.000 y 500.000 años, y, muy especialmente, cómo los grupos de homínidos (preneandertales en este caso) los explotaron y se adaptaron a ellos.


Referente mundial de reemplazamiento faunístico


También en Gran Dolina, pero en TD4, hace aproximadamente 1.000.000 de años, los homínidos que habitaron la Sierra de Atapuerca asistieron a unos cambios importantes en el medio, protagonizados por la aparición de nuevos animales que pronto se harían dueños de los ecosistemas. Este evento tan interesante recoge la extraña combinación entre unos animales que podrían considerarse arcaicos, tales como los eucladoceros (cérvidos gigantes de grandes astas), los rinocerontes etruscos, los asnos de tipo estenoniano y los osos dolinenses, con los primeros representantes de las formas modernas que hoy nos parecen tan comunes, como los ciervos y las hienas manchadas y rayadas, con lo cual Gran Dolina se convierte en un yacimiento referente mundial para el estudio de este evento de reemplazamiento faunístico.


La presencia humana en la cavidad se ha puesto de manifiesto a partir del descubrimiento de una pequeña colección de herramientas líticas, principalmente percutores y lascas, que indican sus actividades carroñeras relacionadas con el aprovechamiento de los cadáveres de ungulados. Sin duda, estas evidencias ayudan a rellenar el vacío de 400.000 años existente entre los homínidos de la Sima del Elefante (de 1,2 millones de años de antigüedad) y Homo antecessor (datado alrededor de los 800.000 años), contribuyendo a establecer una mayor continuidad temporal de las poblaciones humanas del pleistoceno inferior en la Sierra de Atapuerca y, por tanto, en toda Europa.


En Galería, la intervención de este año se ha centrado en una unidad datada en 270.000 años, que ha proporcionado abundantes restos de fauna y algunas herramientas líticas (lascas de sílex y percutores de cuarcita, principalmente). Los restos faunísticos recuperados (costillas, vértebras y elementos craneales) pertenecen principalmente a caballos y a ciervos, aunque también han aparecido restos de carnívoros, entre los que destaca un cráneo de lobo, el más completo recuperado en Atapuerca hasta la fecha.


Aprovechamiento humano


Siguiendo la dinámica funcional de esta cavidad, todo apunta a un aprovechamiento humano de los animales que caían por la trampa natural situada al Este de la cueva. Transportaban los elementos esqueléticos más ricos en masa muscular, abandonando en Galería los restos pertenecientes a la caja torácica que luego eran aprovechados por los carnívoros, como lo atestiguan las mordeduras halladas en los restos.


De otro lado, cabe destacar el sondeo bioestratigráfico (de unos dos metros cuadrados) realizado en el nivel TE7 del yacimiento de la Sima del Elefante con el fin de conocer la potencia del paquete sedimentario, así como la naturaleza de los restos fósiles existentes en este nivel y que podría tener una cronología superior a 1,3 o 1,4 millones de años, ya que está por debajo del lugar donde se halló el diente humano, datado en 1,2 millones de años. TE7 se convierte así en el nivel más antiguo de la zona conocida como la Trinchera del Ferrocarril.


Se ha constatado que este nivel es rico en registro paleontológico, como se aprecia con los restos de ciervo gigante e hipopótamo descubiertos, así como con los abundantes restos de micromamíferos. Sin embargo, hasta el momento no hay ninguna evidencia de actividad antrópica en este nivel. No obstante, teniendo en cuenta que se ha excavado una extensión muy pequeña del nivel TE7, la ausencia, hasta el momento, de evidencias antrópicas no significa que no hubiese grupos humanos en la sierra de Atapuerca durante la formación de este nivel. Futuras excavaciones lo esclarecerán.

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