Ali Achour: diplomático marroquí: “Mi país es sensible a la emigración que intenta pasar a España”

Ali Achour: diplomático marroquí: “Mi país es sensible a  la emigración que intenta pasar a España”

“El Polisario  lleva a sus conciudadanos a una aventura irresponsable  sin salida”

 

 

El embajador marroquí Ali Achour, diplomático de dilatada experiencia política,  desplegó cargos en  Noruega, Brasil, Paraguay, Venezuela, Santa Sede y en la Soberana Orden Militar de Malta, habiendo sido igualmente Jefe del Gabinete de Relaciones Exteriores y director de Asuntos Americanos y Europeos del reino alaudita. 

A disposición ahora de su Cancillería, vive en Rabat, donde colabora como editorialista de diversas revistas y es conferencista. Con él,  saboreando un  “té verde” en una de las mesas de la terraza del célebre hotel Balima, frente al Parlamento, en Rabat, conversamos  sobre el conflicto del Sahara Occidental, igualmente hablamos del Islam fanático y la tragedia de la  emigración subsahariana.

- Señor Embajador, ¿cómo se ha podido llegar a las circunstancias  actuales del  llamado Sahara Occidental?

 

- A causa de la obstinación y la terquedad de un país: Argelia. Su gobierno, con el pretexto de defender el derecho a la libre determinación, hace absolutamente lo imposible con el propósito  de   situar a  Marruecos en dificultades. Toda la  propaganda, su red diplomática y los petrodólares, está movilizada en un asunto que tiene una presencia desproporcionada en la política argelina y en los medios de comunicación del país. Dicen no ser parte de en la controversia, cuando la verdad es que están involucrados en cuerpo y alma. Otras naciones  se han sumado, ya sea en solidaridad ideológica o de buena fe. Pero en esto no todo es como parece; Argelia juega un papel extremadamente perjudicial. Con el Polisario, un acuerdo sería posible, ya que, no lo olvidemos, la mayoría de la población de nuestras provincias del Sur se quedó en casa y no siguió a los soldados argelinos en 1976. Entre los dirigentes del Polisario, algunos se arrepienten de haber llevado a sus conciudadanos en una aventura irresponsable  sin salida. Desde hace 40 años, se presenta a estos compatriotas como refugiados, retenidos en contra de su voluntad en los campamentos cerca de Tindouf,  en la misma Argelia, en condiciones infrahumanas. La realidad es una: son rehenes, víctimas de cálculos y de intereses más allá de ellos mismos.

 

 - La pregunta anterior nos lleva a repreguntarle: ¿El conflicto saharaui continúa siendo la principal preocupación de Rabat en materia de política exterior?

 - Es la cuestión nacional en torno a la cual hay unanimidad total del pueblo marroquí. Lo que está en juego es una cuestión vital. Creo que Marruecos, al más alto nivel, ha sido suficientemente claro al respecto. Dicho esto, la vida sigue su curso normal, la diplomacia marroquí está haciendo su trabajo de cada día, gestionando las demás cuestiones de política exterior.

 

  - El rey Mohammed VI afirmó que Marruecos, siguiendo las resoluciones auspiciadas en la ONU,  y aceptadas en su contexto, sigue abierto y dispuesto a todo diálogo que pueda ayudar a llevar a buen fin estos criterios.  ¿Hay en estos momentos algún contacto  con el Polisario?

 

 -  Los encuentros se han celebrado bajo los auspicios de las Naciones Unidas. En la actualidad, las reuniones directas no están en la agenda ya que Christopher Ross, enviado personal del Secretario General del organismo internacional, quiere promover una forma de "diplomacia itinerante" entre las partes y los Estados involucrados, en busca de una solución. 

 

 - ¿Cuál  pudiera ser? 

 - Mi país coopera de buena fe  con el deseo de romper el estancamiento. En 2007, en respuesta a un llamado del Consejo de Seguridad a las partes y a los Estados de la región - "avanzar hacia la solución política" -, Rabat presentó una iniciativa basada en "la negociación de un estatuto de autonomía centrado en la región del Sahara".

Nuestra decisión ha recibido un amplio apoyo internacional. En abril  del mismo año 2007, el Consejo de Seguridad tomó nota “de la propuesta marroquí presentada y los esfuerzos serios y creíbles basados hechos para avanzar hacia un acuerdo”.  Los Estados Unidos han declarado en repetidas ocasiones que el plan de autonomía de Marruecos  es “serio, realista y creíble”. Un compromiso que permite a la población de las provincias saharianas manejar sus propios asuntos.

 

 

 - ¿En que punto se encuentra el futuro de la MINURSO, la  Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental?

- La MINURSO fue establecida en 1991, con vistas - como su nombre indica -  a organizar un referéndum en el Sahara Occidental. 15 años después, la ONU se dio cuenta que este sufragio era impracticable en condiciones deseables, al no poder identificar y registrar a todos los votantes. En la actualidad su  tarea se limita a supervisar el alto el fuego,  y lo está haciendo bien. Así que en estos momentos  tiene una misión de carácter exclusivamente militar. El personal civil es numeroso si se tienen en cuenta las necesidades reales de la misión. Sería oportuno revisar su estatuto, sin perder de vista la importancia simbólica de su presencia en la zona.

 

 - En  los últimos años, la avanzada de diversas corrientes islamistas extremistas es preocupante. Facilítenos su opinión.

- Marruecos practica un Islam moderado, en el que la misión del Rey es central. El Jefe del Estado lleva el título de “Príncipe de los Creyentes”, posee un doble papel, tanto político como religioso. Esta especificidad ha permitido a la nación  sobrepasar sin demasiado daño las perturbaciones que azotaron a la región durante la llamada “primavera árabe”.

Como tal, se puede hablar de un modelo marroquí. Un modelo que quizás no es exportable, pero del que se puede aprender. Algunos países, en particular en África subsahariana, y también en Europa, lo han entendido ya que están enviando imanes y “murchidat” (guías religiosas femeninas) para ser formados en el Instituto de Formación de Imames en Rabat. A su manera, Marruecos contribuye así a la lucha contra el extremismo religioso.

 

 ¿Eso se puede llamar  diplomacia religiosa?

- Sin lugar a dudas, ya que la religión siempre ha sido un elemento clave en las relaciones internacionales, siendo una parte importante de la diplomacia, al igual que la economía, el comercio o la cultura.

Marruecos está en disposición de practicar una "diplomacia religiosa" hacia los países de la África subsahariana con los que tiene relaciones antiguas y tradicionales, porque el rito sunita malikita está muy extendido en aquellos países, como lo es también en las minorías musulmanas en Europa.

 

 - La emigración subsahariana   usa a Marruecos como una de las zonas hacia  Europa cruzando España, cuyo camino, peligrosísimo, es ese mar Mediterráneo llamado, amargamente,  “cementerio marítimo”.

-  Las imágenes de este drama son insostenibles. En Marruecos, somos especialmente sensibles a esta tragedia, al  haber sido nosotros mismos - y aún lo seguimos siendo hasta cierto punto - un país de emigración. Uno no se expatría por capricho, sino más a menudo por razones políticas o económicas, a veces religiosas también. Obviamente, las mafias sin escrúpulos se aprovechan de esta situación. Ante esto, la respuesta no debería ser sólo en el  plano de  la seguridad, la represión no acaba con la inmigración ilegal, ni los muros ni los radares. Marruecos, al estar  ubicado en el extremo norte de África, se ha convertido muy a pesar  suyo, en  un cruce de la migración de los países subsaharianos.

 

La actual situación del Sahara Occidental

El conflicto marroquí  del Sahara Occidental lleva 40 sin resolverse. Colonizado por España y Francia, Marruecos recuperó su independencia, en varias etapas,  en 1956.  En cuanto a la parte que se conoce como “Sahara Español”, su regreso a la patria no pudo ser realizado hasta 1975, tras un acuerdo con  Madrid (en el que Mauritania era también parte). Anteriormente, la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictaminó que  esa parte del desierto en manos de los españoles  no era, antes de la colonización, en latín “Terra Nullius”, es decir, tierra de nadie.

 

Históricamente el Sahara Occidental no ha sido nunca un país independiente a razón de su escasa población, y debido a ello y,  partiendo de la Edad Media, ese predio era ruta de paso entre el reino marroquí y los latifundios subsaharianos. Las tribus que allí moraban rendían pleitesía a los sultanes de Marrakech y en época de Mulay Ismail, el primero de la familia de  los reyes alauitas, ya había conseguido una amplia unidad de todo el territorio. En Smara, la ciudad santa de los “hombres azules”, instauró una unidad religiosa y política con las distintas familias nómadas.

Dejar un comentario

captcha