Oviedo (E.P.).- La Policía Nacional ha detenido a una mujer de 50 años y a un joven de 30 años por un delito de trata de seres humanos al retener, vejar y golpear a la sobrina y prima de los detenidos, de nacionalidad marroquí.
En las inmediaciones de la estación de trenes, una patrulla que presta servicio en dicho lugar, procedió a identificar a dos mujeres marroquíes, una de las cuales estaba en situación irregular en España. La más joven, de 26 años, fue puesta a disposición de la Brigada de Extranjería y Fronteras.
Los policías de dicha Brigada, en la fase de investigación, pudieron averiguar que tras la muerte de la madre de la joven, en su país, había sido trasladada a Francia oculta en el maletero de un coche. Un tiempo después hasta allí viajo una tía suya que vive en Oviedo y la traslado a esta ciudad.
En casa de la tía residía desde hace un año y medio, realizando todo tipo de trabajos en régimen de casi esclavitud, sin recibir ningún tipo de remuneración y teniendo que realizar todo lo que le encomendaban sus familiares. En este año y medio nunca salio sola a la calle. No habla el idioma español y carecía de cualquier tipo de documentación.
Durante el tiempo que estuvo en Oviedo recibió todo tipo de vejaciones, insultos, amenazas y golpes, especialmente desde que se negó a mantener relaciones sexuales con su primo, el hijo de su tía, queriendo esta que se casara con él. Ante la negativa a casarse, su tía deseaba que se quedara embarazada, para que no tuviera otro remedio que acceder a sus deseos.
Como consecuencia de las investigaciones se procedió a tomar declaración a sus familiares, así como algunas personas que la habían acogido temporalmente, cuando fue obligada al abandono de la vivienda familiar, como medida de presión, al no acceder a los deseos de su tía.
Las personas que la acogieron, de su misma nacionalidad, fueron amenazadas por la detenida, por lo que desistieron de seguir protegiéndola, alegando que la habían acogido por caridad pero que no querían problemas, motivo por el que tuvo que regresar al domicilio de sus familiares, al no tener ningún sitio donde refugiarse.