Quito, 7 jul (Andes).- El papa Francisco celebró este martes ante unas 900.000 personas, incluido el presidente Rafael Correa, una eucaristía que reflejó la multiculturalidad del país, en la que el sumo pontífice habló de la necesidad "de luchar por la inclusión a todos los niveles" promoviendo el diálogo y convocó a buscar la unidad reconociendo la riqueza de la diversidad y tomando en cuenta a los más excluidos.
En una homilía de tono político el santo padre, que visita Ecuador desde el domingo en su primera escala de su gira por Sudamérica que lo llevará también a Bolivia y Paraguay, estableció un paralelo entre la tarea de evangelizar y el emblemático Primer Grito de la Independencia, ocurrido hace más de dos siglos en Quito.
"Nuestro grito, en este lugar que recuerda a aquel primero de libertad, actualiza el de San Pablo: 'Ay de mí si no evangelizo. Es tan urgente y apremiante como el de aquellos deseos de independencia (...) Eso es evangelizar, esa es nuestra revolución porque nuestra fe siempre es revolucionaria. Ese es nuestro más profundo y constante grito", expresó el santo padre, quien usó una vistosa casulla bordada por artesanas de Cuenca (sur andino).
La vistosa casulla que usó el papa Francisco fue bordada por artesanas de Cuenca, ciudad ubicada al sur andino de Ecuador. Foto: AFP
El pontífice argentino de 78 años, el primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia católica, hizo hincapié en "la necesidad de luchar por la inclusión a todos los niveles, luchar por la inclusión a todos los niveles", repitió, para luego ser interrumpido por aplausos, para enseguida añadir: "evitando egoísmos, promoviendo la comunicación y el diálogo e incentivando la colaboración".
"Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos queremos insistir en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos mutuamente a llevar las cargas", indicó el Papa en su homilía que duró alrededor de 18 minutos.
A diferencia de la eucaristía realizada la víspera en Guayaquil, en la ceremonia de Quito estuvieron presentes representantes de las diversas nacionalidades indígenas del Ecuador e, incluso, la segunda lectura se realizó en quichua.
El mensaje del papa Francisco también enfatizó en la importancia de promover la unidad. "La unión que pide Jesús no es uniformidad sino la multiforme armonía que atrae. La inmensa riqueza de lo variado, de lo múltiple, que alcanza la unidad cada vez que hacemos memoria de aquel Jueves Santo, nos aleja de tentaciones de propuestas unicistas, más cercanas a dictaduras, a ideologías, a sectarismos".
Antes de la misa, el sumo pontífice recorrió en papamóvil zonas del parque Bicentenario, donde la multitud lo aclamaba. Foto: Carlos Rodríguez/Andes
El sumo pontífice consideró además que "es impensable que brille la unidad si la mundanidad espiritual nos hace estar en guerra entre nosotros, en una búsqueda estéril de poder, prestigio, placer o seguridad económica y esto a costilla de los más pobres, de los más excluidos, de los más indefensos, de los que no pierden su dignidad pese a que se la golpean todos los días".
A la ceremonia asisitieron unas 900.000 personas, según estimaciones divulgadas por el ministro del Interior, José Serrano, en su cuenta de Twitter. La multitud, que llevó imágenes del Papa, rosarios, cruces y otros objetos, ovacionó al pontífice a su llegada y durante el sermón aplaudió en varias ocasiones.
El presidente Rafael Correa, quien se reconoce públicamente como cristiano de izquierda, participó de la ceremonia junto a su esposa Anne Malherbe y su hijo menor, Miguelito, además de otros funcionarios de Estado.
Momento en el que el presidente Correa ingresa al recinto para ubicarse antes de la eucaristía del Papa. Foto: Carlos Rodríguez/Andes
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fuente. http://www.andes.info.ec/es/noticias/nuestra-fe-es-siempre-revolucionaria-dice-francisco-misa-quito-donde-llamo-unidad