En Grecia está hoy jugándose un pulso político de envergadura entre los pueblos y países de Europa, encabezados por el pueblo griego, y EEUU y Alemania, representados por el FMI y la UE. Grecia y el gobierno de Syriza con valentía han decidido dirigirse directamente al pueblo griego, con la convocatoria de un referéndum donde puedan pronunciarse directamente sobre los planes de la troika. Lo que ha desatado una feroz ofensiva para intentar quebrar la resistencia del pueblo griego creando las peores condiciones (asfixia económica, campaña del miedo...) para que en el referéndum del 5 de junio gane el Sí.
A lo que asistimos es a una batalla política donde se enfrentan la defensa de la soberanía nacional del pueblo griego y el gobierno de Syriza y la ofensiva de EEUU y Alemania por quebrar su resistencia. Y en esta batalla, todos los pueblos europeos nos jugamos también, junto al pueblo griego, parte de nuestro futuro.
El gobierno de Syriza se negó a aceptar el último plan presentado por la troika, que no solo imponía más recortes sino que suponía la entrega absoluta de Atenas al FMI, el BCE y la Comisión Europea. Apelando directamente al pueblo griego con la convocatoria de un referéndum donde aprueben o rechacen el plan de la troika. El gobierno griego, al mismo tiempo que presenta nuevas ofertas de negociación, mantiene la firmeza, como lo demuestra la campaña a favor del NO, impulsada por el propio Tsipras o la decisión de no pagar el plazo de 1.500 millones al FMI. Inmediatamente después de la convocatoria del referéndum se ha desatado una ofensiva económica y política para estrangular a Grecia y debilitar al gobierno de Syriza.
La decisión del BCE de no ampliar la línea de ayuda de emergencia a los bancos griegos, junto a una nueva fuga de capitales, obligó al gobierno griego, para impedir una descapitalización de la economía, a imponer controles de capitales y limites de retirada de depósitos y efectivo. Al mismo tiempo, la agencia de calificación Standard and Poor´s ha rebajado la calificación de los principales bancos griegos a niveles de “quiebra selectiva”. Washington y Berlín juegan con la asfixia económica creada por las condiciones de los dos planes de “rescate”, un auténtico atraco a la economía nacional. Que además de reducir un 25% el PIB desde 2010 impone pagos inasumibles.
En las negociaciones con la troika, el gobierno de Syriza ha demostrado flexibilidad e inteligencia para poder alcanzar un acuerdo, pero sobre todo firmeza en la defensa de los intereses nacionales y la soberanía del país frente a las imposiciones y el diktat de la troika. Enfrentándose a la intransigencia de Alemania, la que ha impedido poder alcanzar un acuerdo, cuyo objetivo declarado era conducir a Grecia al abismo para quebrar su resistencia a la ejecución de la intervención y el saqueo.
Dadas la situación creada en Grecia tras dos “planes de atraco”, mal llamados de “rescate” (el PIB griego ha caído un 25%, frente a la caída del 3,2% en los peores momentos de la crisis española) el gobierno de Syriza estaba obligado a negociar un acuerdo con la troika, ofreciendo concesiones para desbloquear los tramos pospuestos de la entrega del dinero de los dos primeros “planes de rescate”, sorteando así la asfixia financiera a corto plazo, y ganando sobre todo tiempo para negociar una reestructuración de la deuda que incluya quitas significativas.