“El problema básico del mercado laboral es la dualidad indefinidos y temporales”

“El problema básico del mercado laboral es la dualidad indefinidos y temporales”

Por Eva Rodríguez

SINC

 

Juan José Dolado trabaja en un departamento de economía singular dentro del panorama universitario español. Cerca del 50% de los profesores son extranjeros, no contratan a sus propios doctorandos y han conseguido grandes proyectos europeos y nacionales, como el Consolider-Ingenio 2010. Ahora, el distintivo Severo Ochoa los ha seleccionado y son el único departamento de universidad que, por sí solo, aspira a este reconocimiento.

 

¿Qué investigación desarrolla actualmente en la Universidad Carlos III de Madrid?

Aparte de econometría teórica, trabajo en temas de economía laboral. Llevo unos años estudiando la dinámica de los mercados de trabajo muy segmentados, como es el caso de España, donde la volatilidad del empleo es enorme, la productividad laboral es reducida y los efectos de las recesiones sobre el paro son mucho más acusadas que en otras economías. También trabajo sobre diferencias de género. Estudio si las mujeres investigadoras en economía trabajan en las mismas áreas que los hombres, así como en analizar si existe este tipo de diferencias en los componentes salariales que están más ligados a la productividad del trabajador, como es el caso de la remuneración por rendimiento.

 

Ahora mismo estamos inmersos en una situación de recesión grave. ¿Qué decisiones quedan por tomar?

Muchas de estas medidas han sido publicitadas en el contexto del llamado manifiesto de los cien economistas, que ha tenido una amplia cobertura mediática aunque escaso impacto en la reciente reforma laboral. La idea más novedosa consiste en sustituir la amplísima gama de contratos laborales existentes en España por un contrato único. Existen diferencias muy importantes en las indemnizaciones por despido que dificultan enormemente la conversión de temporales en indefinidos. Con un contrato único, donde las indemnizaciones crezcan suavemente con la antigüedad en la empresa, el coste de las conversiones se reduciría radicalmente. Además, proponemos fomentar la movilidad laboral a través de un “fondo austriaco”, aumentar la generosidad de las prestaciones por desempleo durante los primeros meses de paro a cambio de reducir su duración, fomentar la negociación colectiva descentralizada a nivel de cada empresa, y mejorar sustancialmente los actuales programas de políticas activas de empleo y formación ocupacional.

 

¿En qué repercutiría este modelo de contrato único en el mercado laboral español?

Contratos con características similares han funcionado muy bien en otros países como Austria y Dinamarca, paradigmas de lo que se conoce como flexiguridad en el mercado laboral (proteger al trabajador y no al puesto de trabajo). Lo que se consigue es que, frente a la reticencia de los empresarios a convertir los contratos temporales en indefinidos, porque estos últimos resultan ser mucho más caros en términos de indemnizaciones por despido, el coste de extender el contrato a lo largo del tiempo sea muy reducido.

 

¿De qué forma comprueban la viabilidad de este sistema?

Hemos hecho diversas simulaciones para analizar sus efectos al combinar este tipo de contrato con incentivos a la movilidad laboral, según el denominado esquema de “fondo austriaco”. Este método consiste en que las empresas depositen todos los años una pequeña proporción de las cotizaciones a la seguridad social para sus empleados a un fondo o cuenta nacional del que el trabajador podría disponer bien cuando es despedido, se jubila o para formarse. Nuestros resultados pronostican un aumento apreciable de la movilidad laboral, una menor probabilidad de desempleo y un aumento para el trabajador de la cuantía total en términos esperados de la indemnización percibida en caso de despido.

 

Y en relación a la protección por paro, ¿qué medidas proponen?

Investigamos la posibilidad de reducir la duración de las prestaciones por desempleo a cambio de aumentar su generosidad en el corto plazo. Es decir, el problema en España es que estas ayudas no son muy generosas a corto plazo, pero son muy largas, lo que inhibe la búsqueda de empleo antes de agotar el paro. Además, el contrato único permitiría reducir el elevado gasto en bonificaciones a las empresas por convertir trabajadores temporales en indefinidos, y facilitaría que destinaran dichos ahorros a mejorar la eficacia de las actuales políticas activas de empleo.

 

Respecto a su otro ámbito de estudio, ¿en qué situación se encuentra la brecha salarial entre hombres y mujeres en nuestro país?

Estamos en una situación intermedia. No nos encontramos entre los países más avanzados ni tampoco entre los más retrasados. Aún así, existen diferencias sustanciales a favor de los hombres. Las mujeres representan ya el 60% de las universitarias y uno esperaría que conforme entran masivamente en el mercado laboral, su mayor formación sirva para estrechar el diferencial salarial por género. Lo que se observa es que ese diferencial se ha estrechado respecto al fijo salarial que perciben, pero no sobre el componente variable (que teóricamente está más asociado a la productividad del trabajador en la empresa). Una posible razón es que muchas mujeres prefieren un fijo muy elevado, ante el temor de que las cargas familiares repercutan negativamente en el componente variable.

 

¿Cuál sería la clave para disminuir esta diferencia?

Tenemos algunos estudios que demuestran que cuando los sistemas educativos mejoran su eficiencia  el diferencial se reduce por sí solo sin que se necesiten políticas específicas de género. En cualquier caso, la ley de cuotas que ha implementado el actual gobierno ha ayudado a reducir estas diferencias, aunque todavía de manera bastante lenta. Ha aumentado el porcentaje de mujeres directivas en empresas del IBEX (del 4% al 10%), pero aún estamos bastante lejos de algunos países de nuestro entorno en la proporción de mujeres en puestos de alta responsabilidad.

 

¿Barajan también algún dato referido a la situación de los jóvenes?

Hay que clarificar en este tema una cosa. Cuando hablamos que la tasa de paro de los jóvenes es del 46%, estamos refiriéndonos a los que buscan activamente empleo y no al total de los jóvenes, ya que hay un 55% que están dentro del sistema educativo y, por tanto, no forman parte de la población activa. Si realmente computáramos el porcentaje de parados sobre el tamaño de la cohorte total de jóvenes entre 16 y 25 años, la proporción de parados sería del 21%. Un número todavía muy elevado, pero bastante inferior al 46%. Respecto a  cómo mejorar la grave situación laboral de los jóvenes, de nuevo creemos que  la propuesta del contrato único sería la mejor solución, más que un contrato temporal asociado a formación hasta los 30 años que es lo que ha propuesto ahora el gobierno.

 

Son candidatos al distintivo Severo Ochoa que el Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) ha creado en reconocimiento a la excelencia científica. ¿Por qué cree que su departamento debería recibirlo?

Somos el único departamento de una universidad pública o privada de entre todos los seleccionados en la primera fase. Creemos que se debe al prestigio logrado por nuestro funcionamiento competitivo. Estamos clasificados entre los 50 mejores departamentos de economía del mundo por la calidad e impacto de nuestras publicaciones y por el prestigio de nuestro programa de doctorado. Además, incentivamos económicamente las publicaciones de excelencia y cerca del 50% de nuestros  profesores son investigadores extranjeros procedentes de los mejores programas de doctorado en el mundo. El problema es que todos estos logros se han conseguido a partir de obtener grandes proyectos nacionales e internacionales que nos permitían competir y el peligro es que, sin la  financiación adecuada, perdamos a muchos de estos investigadores de primera línea que ahora tenemos.

 

¿Cómo valora la creación de este distintivo?

Lo valoramos muy positivamente. Este reconocimiento tiene una gran diferencia respecto al diseño del programa Consolider ya que se centra en el apoyo y reconocimiento de centros o equipos de investigación de tamaño mucho más reducido. En cierta medida, se asemeja al Research Assessment Exercise en Inglaterra que califica a los departamentos en las diferentes disciplinas en función de la calidad de su investigación. Un serio problema es que no hay certidumbre sobre si habrá futuras convocatorias a la vista de la inestabilidad política a causa de las próximas elecciones generales en noviembre. Dependería de un pacto de estado entre los dos grandes partidos del que todavía no existe constancia. Por tanto, aunque es un esfuerzo muy meritorio y encomiable por parte del MICINN, existe el riesgo de que no cuente con continuidad en el futuro

 

FOTO: Juan José Dolado. Imagen: Olmo Calvo / SINC

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