El Pozo Sotón (San Martín del Rey Aurelio, Asturias) de HUNOSA abrirá al turismo y pondrá en marcha una iniciativa única en España: visitas a una mina activa a setecientos metros de profundidad (diez veces la altura de la torre de la Catedral de Oviedo y más de cuatro veces la altura de la Torre Picasso de Madrid). La hullera HUNOSA, empresa del Grupo SEPI y propietaria del pozo, lleva cerca ya de un año trabajando en un proyecto que espera abrir al público casi de inmediato. En breve se activará una página web a través de la cual se llevarán a cabo las reservas.
HUNOSA quiere que la iniciativa, pionera también en Europa, constituya un revulsivo para el turismo asturiano. La empresa ya ha iniciado contactos para integrar su oferta de forma que tenga efectos positivos sobre otras iniciativas turísticas mineras del entorno. Iniciativas con las que, en mayor o menor medida, HUNOSA siempre ha colaborado. El Grupo HUNOSA está presente en el Patronato del Museo de la Minería de El Entrego desde la puesta en marcha del centro; ha participado en el desarrollo del Ecomuseo de Samuño, en Langreo, al que también ha aportado desinteresadamente decenas de contenidos expositivos; colabora con el desarrollo cultural del entorno del pozo Santa Bárbara en Turón, Mieres; y gestiona el Museo de la Mina de Arnao, con el que también ha impulsado iniciativas conjuntas.
HUNOSA no plantea el proyecto de Sotón desde el punto de vista de la competencia con otros centros. La oferta se encuadraría mejor dentro del turismo de aventura que dentro del turismo de masas. Por las características exclusivas que entraña la visita a la mina y por razones de seguridad, la entrada será -al estilo, por ejemplo, de las organizadas por el Principado de Asturias en el Bosque de Muniellos- restringida y sólo para un pequeño grupo de personas cada día: en torno a diez. Sin embargo, esto no evitará que el proyecto, dado su carácter pionero en toda Europa, tenga un efecto llamada dinamizador sobre el entorno. El Pozo Sotón cesó la extracción de carbón a finales del año pasado, cuando empezó a funcionar como pozo auxiliar de María Luisa. No obstante, tanto Sotón como María Luisa y también el pozo Samuño están interconectados, permitiendo la entrada por Sotón visitar perfectamente zonas de arranque y minas en activo. Y si necesitan alojamiento para dormir en la zona, le recomendamos el Hotel San Pedro, un precioso hotel urbano en el corazón de las cuencas Mineras.
El recorrido empezará en los edificios exteriores -donde destaca la casa de máquinas, el reter (estructura que une los dos castilletes) y la sede sindical- que en buena parte datan de 1917. Los visitantes serán ilustrados sobre las máquinas, el funcionamiento del sistema de ventilación y del de bombeo de agua del pozo; sobre la jaula, los indicadores de la máquina de extracción…
Estas explicaciones se extenderán al interior, donde se visitará la zona de embarque, se dará a conocer la organización del transporte de personal y materiales por la mina, el sistema de vías, las salas de baterías…
Las visitas transitarán, inicialmente, por octava planta para luego atravesar “La Jota”, una de las estrellas del recorrido: una chimenea de ventilación de unos cien metros de largo, una sección de menos de un metro cuadrado, y una pendiente media de 43º. Esta chimenea se ejecutó en su día como salida de emergencia para las galerías octava, novena y décima ya que a estas plantas sólo llega una de las dos cañas con las que cuenta el pozo.
Durante el trayecto por la mina, los visitantes conocerán de primera mano los distintos sistemas de explotación que emplea HUNOSA: testeros, rozadoras y soutirage o subniveles.
Conocerán los distintos sistemas de entibación y sostenimiento que se emplean en la mina. También cómo se avanza una galería o se diseña la red eléctrica interna. Cómo afectan a la mina los movimientos del terreno, la presencia de gases, los peligros de las atmósferas explosivas en espacios confinados, y otros condicionantes de la labor minera.
Una de las estrellas del recorrido, junto a “La Jota”, será también un recorrido de unos dos kilómetros en un tren minero a casi setecientos metros de la superficie.
Sin duda, el recorrido ayudará a comprender mejor la naturaleza de la actividad minera, su dureza y las dimensiones de la misma.