El 'padre Chus' recalca que no tiene problemas con la Justicia y atribuye a la "obsesión" de Sanz Montes las acusaciones
"Pecar no es ningún delito, todos somos pecadores", señala el ex párroco, que anuncia que llevará a los juzgados al Arzobispo
El sacerdote Jesús María Menéndez Suárez, conocido por todos como 'padre Chus', en declaraciones a Europa Press, ha negado tener problemas con la Justicia tras imponerle el Papa Francisco la pena de la expulsión del estado clerical de manera "irrevocable e inapelable" por los delitos de los que se le acusaba, entre los que se encontraban la grave conducta inmoral contra el sexto mandamiento del Decálogo y el abuso de menores según las normas canónicas vigentes (menos de 18 años).
El 'padre Chus', que ha remarcado que no tiene ninguna notificación de la Santa Sede al respecto, ha atribuido estas acusaciones directamente al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien según él quiso expulsarle del clero "desde el primer día". "Yo no tengo problemas con la Justicia, los tengo con él", ha recalcado, para después adelantar que le denunciará ante los tribunales por estas graves acusaciones.
"Son cosas personales de él", ha reiterado sobre el arzobispo. Una cuestión que ha achacado a que no es una persona fácil porque él -el sacerdote-- contesta y no está a los dictados del arzobispado. Asimismo, ha apuntado que si les acusan de esos delitos, deberían de haber ido a los tribunales.
En cuanto al sexto mandamiento, 'no cometerás actos impuros', ha matizado que "pecar no es ningún delito", para después añadir que "todos somos pecadores". Es por ello, que ha incidido en que los delitos se resuelven en la Justicia y los pecados en el confesionario.
El sacerdote, en trámites ya para la jubilación y tras perder el juicio, en instancias superiores, contra la Consejería de Educación y el Arzobispado contra su despido como profesor de Religión, ha dicho no tener preocupación por que le expulsen. "De Roma viene, lo que a Roma va", ha advertido a Sanz Montes. Eso sí, ha recalcado que la Santa Sede no le preguntó nada acerca de estas acusaciones.
"Tanta obsesión tiene de echarme que se va de la lengua", ha indicado sobre el arzobispo, con el que reconoce que la última vez que habló fue hace dos años. "Él que diga lo que quiera, que tendrá respuesta en los tribunales", ha señalado.
SUSPENDIDAS TODAS SUS FUNCIONES SACERDOTALES
Sobre la decisión de la Santa Sede, en un comunicado del Arzobispado se señala que le quedan suspendidas todas sus funciones sacerdotales y se le dispensa del celibato. También se indica que desde el primer momento en el que tuvo conocimiento de las acusaciones que pesaban sobre el citado sacerdote, procedió a realizar una investigación previa hablando con él; luego, entrevistando a las víctimas, a los testigos y recogiendo las pruebas correspondientes.
Las conclusiones fueron enviadas a la Congregación para la Doctrina de la fe, la cual el 24 de junio de 2014, en vista de la gravedad de los hechos denunciados autorizó la imposición de las oportunas medidas cautelares según el c. 1722 del Código Derecho Canónico para asegurar la buena marcha de la investigación y del proceso administrativo penal a tenor de los cánones 1717 y 1720.
Tanto la Archidiócesis de Oviedo como la Congregación para la Doctrina de la fe han creado todas las condiciones jurídicas materiales y procesales para que se pudiera comprobar la veracidad de los hechos alegados, se salvaguardaran en todo momento el derecho de protección de las víctimas, el derecho de defensa del sacerdote acusado y su presunción de inocencia hasta el dictamen final de la Santa Sede.
** Por este motivo, en la Archidiócesis "se ha llevado con absoluta discreción todo el proceso, sin emitir antes ninguna nota ni hacer ningún tipo de declaración en los medios de comunicación". Evaluadas las actas del proceso por el Congreso particular de la Congregación para la Doctrina de la fe el 20 de febrero de 2015, ésta emitió un decreto por el que se solicitaba al Santo Padre la aplicación del art. 21,2,2 del Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis tutela.
** En consecuencia, el 6 de marzo de 2015, el Papa ha decretado la expulsión del estado clerical de Jesús María Menéndez Suárez, lo cual ya le ha sido ya notificado. La comunidad diocesana manifiesta "su profundo dolor por unos delitos que han supuesto un daño enormemente lesivo tanto en personas adultas, como especialmente en menores de edad según la legislación eclesial, por parte de quien ha manchado la santidad de su sacerdocio y ha roto la comunión. Mientras pide perdón por la conducta reprobable de este sacerdote, expresa su voluntad de seguir velando por el bien de todos los fieles, especialmente los menores y más desprotegidos".