El arzobispo de Oviedo afirma que "todos somos culturalmente cristianos, aunque no todos sean practicantes"

El arzobispo de Oviedo afirma que "todos somos culturalmente cristianos, aunque no todos sean practicantes"

El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha defendido la clase de religión en las aulas por ser "una manera de cultivar una visión del mundo, tener un juicio sereno sobre las cosas, e ir asimilando la sabiduría bella y bondadosa que la cultura cristiana ha sido capaz de generar en sus dos mil años".

   El prelado ha realizado estas reflexiones en su carta semanal titulada 'Contar lo inefable' y después de que la pasada semana la Plataforma Religión en la Escuela haya anunciado la convocatoria de movilizaciones contra la rebaja de la carga horaria de esta asignatura por parte de la Consejería de Educación de Asturias en la aplicación autonómica de la Lomce. Alertan de la pérdida de puestos de trabajo (al menos 24 en primaria) y de la precarización del resto.

   Monseñor Sanz Montes, se pregunta "¿qué diríamos si la dimensión religiosa estuviera también proscrita como si fuera un apéndice malhadado que hay que tapar o evitar?" y responde que "no se trata de una catequesis en la escuela, que para eso está y basta la parroquia de cada uno. Sino que es una verdadera dimensión educativa, un factor que se necesita para poder comprender tantas cosas que pasan precisamente a través del fenómeno de la religión".

   Sostiene que en nuestra historia hispánica y europea, esta relación con Dios ha tenido un punto de encuentro totalmente particular y vinculante con el Cristianismo, con la religión Católica. "Aunque no todos sean practicantes, sí que todos son culturalmente cristianos".

   "Por eso, -añade-- ignorar este factor significaría no entender, por desidia o por desdén, algo que nos constituye como pueblo y como civilización. La cultura que ha generado el Cristianismo, el derecho, las iniciativas sociales, las páginas de heroico testimonio y santidad, la literatura, la música, la escultura, la pintura, la arquitectura, todo quedaría relegado a una torpe censura en aras de un inculto prejuicio que acaba en ignorancia".

   "No reclamamos un privilegio, sino un derecho beneficioso, para que nuestras generaciones más jóvenes crezcan mejor formadas, sin censuras ideológicas ni ignorancias que harían de menos su bagaje cultural. El factor religioso aporta una serie de valores humanizadores que se derivan y nos abocan del bien, la paz, la solidaridad, la verdad y la apertura a Dios, cuya grandeza ni nos humilla ni nos acorrala. Es un Dios amigo que no nos enemista con los demás", añade Monseñor en su misiva.

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