Así lo ha hecho en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón, en el que la Fiscalía de Área de Gijón aceptó la aplicación de la atenuante de drogadicción, al considerar probado que tenía afectadas sus facultades por el consumo de estupefacientes. El hombre fue juzgado de seis delitos de robo y dos de lesiones y otras cuatro faltas de lesiones, con la agravante de reincidencia.

   Los hechos sucedieron entre noviembre y diciembre de 2013, mientras el acusado se encontraba viviendo en Gijón después de no regresar a la cárcel de Topas (Salamanca) tras un permiso penitenciario. El hombre ya ha sido condenado en 11 ocasiones anteriores. En aquellas fechas, el  imputado tenía 36 años y se encontraba en Gijón viviendo de alquiler en una habitación en la calle Severo Ochoa.

   Durante su estancia en Gijón, decidió abordar a mujeres de avanzada edad en zonas relativamente próximas a su domicilio, para conseguir un beneficio económico. Elegía a las víctimas en función a esa edad, ya que, así, opondrían menos resistencia "a su acción depredatoria", según la Fiscalía.

   El hombre aprovechaba los momentos en que las mujeres estaban solas y empleaba "una extrema virulencia". En total, se le imputan seis asaltos. A una de las mujeres llegó a dejarle marcado en la cara el dibujo de la suela de sus zapatillas del pisotón que le dio para robarle el bolso. La víctima, en esa ocasión, sufrió fractura de pared inferior de órbita derecha, fractura desplazada de huesos propios nasales y herida incisa en labio inferior. De hecho, la mayoría sufrió traumatismo facial y/o craneal.

   Tras su detención, el 14 de diciembre de 2013, se decretó su ingreso en prisión provisional por auto judicial de 17 de diciembre de 2013, reiniciando por otra parte el cumplimiento de las penas pendientes.