Producto de una difícil ingenería social, al igual que los habilitados en materias deportivas o sociales, algunos coiectivos, cuya laboriosidad y convicción, y merecimiento, nadie pone en duda como colectivo, los profesores de 'religión', en este caso la católica, sufren la contradicción en sus propios términos. Un Estado socialmente sano no puede, ni debe, tener "profesores de Religión". Habrá miles de progenitores que aboguen por ello, pero habrá otros miles que lo detesten. No son ellos, educadores profesionales, los culpables. Ni deben de ser tampoco los damnificados por las lógicas incoherencias de un debate alargado innecesaria, aunque dolorosamente, desde 1971 hasta este 2015. Pero no es de recibo el "oblíguese a los niños a adoctrinarse". No, al menos hoy.

La Plataforma Religión en la Escuela ha anunciado este martes la convocatoria de movilizaciones contra la rebaja de la carga horaria de esta asignatura por parte de la Consejería de Educación de Asturias en la aplicación autonómica de la Lomce. Alertan de la pérdida de puestos de trabajo (al menos 24 en primaria) y de la precarización del resto.

   Los representantes de la Plataforma Fernando Castellanos, Miguel Ángel González y Antonio Cabeza, han ofrecido este martes una rueda de prensa, arropados por decenas de profesores de religión y padres de alumnos, para anunciar esta convocatoria de movilizaciones. Han criticado duramente la actitud de "menosprecio" de la Consejería de Educación, que vinculan con prejuicios de carácter "ideológico".

   Así, han convocado una concentración de profesores para el 12 de junio y una manifestación para el jueves 25 de este mes, con el fin de reivindicar la "paralización del duro ajuste laboral previsto, hasta que la Consejería negocie con el comité de empresa un acuerdo marco, partiendo de un convenio laboral y que recoja la singularidad de este colectivo docente".

   En última instancia, la Plataforma advierte de que promoverá "iniciativas legales, con el fin de defender en los tribunales aquellos derechos fundamentales que se vean lesionados por las normativas autonómicas, tanto en lo relativo a la presencia de la Religión en la Escuela como en el terreno laboral del profesorado de Religión".

   Según han explicado los portavoces de la Plataforma, la aplicación en Asturias conlleva una reducción horaria del 33% en primaria, el 20% en secundaria y el 50% en Bachillerato. Las consecuencias en el empleo son, en el caso de primaria, de unos 24 puestos de trabajo menos, y unos 40 que verán reducida su carga a media jornada. En el caso de secundaria aún no tienen una estimación, pero advierten que también habrá "un impacto importante".

   Actualmente hay unos 240 profesores de religión en Asturias, entre primaria y secundaria. Según los datos que maneja la Plataforma, el 65% del alumnado de ambas etapas elige cursar esta materia, por lo que Antonio Cabeza ha reclamado al Gobierno que "gobierne para ellos".