Luis Miguel Domínguez Mencía, presidente y portavoz de la Asociación Lobo Marley, junto con la Asociación ANADEL (Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad) visitaron esta semana las instalaciones de la Casa del Lobo en Belmonte.

“Desde Lobo Marley denunciamos que no hay ni una sola referencia a la conservación del lobo en Asturias dentro del centro de Belmonte. Este centro sirve para lavar la imagen a un gobierno que quiere erradicar al lobo ibérico en esta tierra” Comenta Luis Miguel Domínguez.

Lobo Marley y Anadel recorrieron toda la exposición valorando detalladamente los contenidos, que la empresa Proasur, ha introducido para potenciar este centro como referente a la figura del Canis lupus signatus en nuestra región.

“La inversión valorada en más de un millón trescientos mil euros, se podía haber destinado al desarrollo de un plan de conservación insitu de la especie así como apoyar al mundo rural que habita en su mismo territorio. Desde Lobo Marley reiteramos que el paso más importante para poder disfrutar de esta especie única es catalogar al lobo como especie protegida en todo el territorio nacional” continúa Domínguez.

Después de visitar el centro, ambas organizaciones se dirigieron al cercado donde se encuentran los dos lobos que fueron capturados en un control poblacional en el Parque Natural de Ponga. Allí mismo el cercado fue examinado por Anadel.

“Tras la observación del cercado hemos detectado innumerables deficiencias de seguridad y protección. Esta ausencia de medidas no pueden garantizar la integridad de los ejemplares que allí se encuentran” comenta la portavoz de Anadel.

Las dos organizaciones llegaron a la misma conclusión, concretando que era inadmisible que las personas que lo visiten tengan que encima ver a dos lobos cautivos a los que el Principado ha dejado huérfanos tras la matanza. También que los contenidos no transmiten ningún mensaje proteccionista, sino todo lo contrario poniendo en escena los miedos ancestrales infundados en muchas partes del lugar, como es la exhibición de cepos y demás artimañas sin dar lugar a la mínima distinción entre lo que es un material de contenido etnográfico de lo que es la inquina y el racismo ante este superdepredador.