Oviedo.-La Cofradía Doña Gontrodo en su deambular mensual en busca de un restaurante, para cumplir su obligado encuentro gastronómico, se dirigió en esta ocasión hacia el Bulevar de la Sidra en la Calle Gascona, donde se encuentra la Sidreria - Agrobar La Finca , que dirige el joven amigo Pedro Caramés con su profesionalidad y simpatia reconocida. . El encargado del comedor es Alberto, que ya conocimos en El Pigüeña que habíamos visitado en otra ocasión. Allí nos había dispensado el eficiente Alberto un magnífico trato que repitió esta vez en La Finca ofreciendonos un menú muy agradable, como podéis comprobar:
Nos sirvió como aperitivo, una serie de frituras para acompañar con su correspondientes salsas. Unos calamares muy bien fritos, canutillos rellenos de crema, croquetas de jamón estupendas , patatinos rellenos de queso y unos espectaculares fritos de pixín crocantes, debido a que están rebozados con patatas chips en trocitos, que les dan un aspecto muy apetecible.
Había dos platos principales; fabada asturiana elaborada con magnífico compango y arroz con pitu de caleya, que satisfizo a las que lo probaron. A los postres caseros les siguió el café y la comida fue acompañada con vino tinto y Blanco. Tampoco faltó la sidra en honor a este bulevar sidrero que constituye todo un fenómeno social, llevando hasta aquella calle, en antaño desolada, con solo un par de sidrerias con tertulias de paisanos maduros; atrae hoy en día, a cientos de visitantes para convertirse ahora, en un verdadera atractivo turístico. Una gran afluencia de de público, en donde impera sobre todo la juventud. Allí se celebran festivales de sidra, amagüestos de castañas y concursos de "canciones de chigreª y hay un abanico de casas de comidas como para saciar el apetito a cualquiera que visite las muchas sidrerias situadas en ambas aceras.
Salimos satisfechas del encuentro en La Finca, pero voy a hacer un comentario que no deja de tener su gracia. Cuando hicimos la visita previa para encargar la comida, nos sentamos a tomar un vino en la parte del bar.Nos habían dicho que en el establecimiento tenían como adorno un tractor de verdad. Pues bien; miramos para un sitio y otro, pero no lo veíamos por ningun lado, hasta que una dijo: ¡ Lo teneis encima de la cabeza ! Y efectivamente, allí estaba colgado sobre nuestras cabezas. De verdad que llevamos un buen susto.
Fue una bonita jornada que nos animó a ir pensando en la próxima visita a otro restaurante.
FOTO PORTADA: Maricarmen, Elena, Pilar, Margarita, Raquel, Pedro Caramés, Maria Luisa