Las áreas empresariales de Asturias en un prolijo estudio de la ULE

Las áreas empresariales de Asturias en un prolijo estudio de la ULE

Cristina G. Pedraz/DICYT Investigadores del Grupo INVESTER de la Universidad de León (ULE), dirigido por la profesora Paz Benito del Pozo, han llevado a cabo un proyecto de investigación sobre la ordenación, planificación y gestión de las áreas empresariales del norte de España. La iniciativa, financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, se ha desarrollado a lo largo de tres años (entre 2011 y 2013) y sus resultados se están dando a conocer a través de numerosos artículos, libros y recursos didácticos como el Atlas de Áreas Empresariales publicado por la Universidad de León o el libro Planificación territorial y desarrollo de suelo empresarial en España de la editorial Thomson Reuters-Aranzadi.


El ámbito de estudio del proyecto está integrado por seis comunidades autónomas: Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco y Navarra.


Como explica Paz Benito del Pozo, profesora titular de Geografía Humana de la ULE y directora del Grupo INVESTER, el principal objetivo ha sido “analizar el modelo territorial de la industria y la importancia de los asentamientos industriales planificados en la zona norte de España, tras la fase de reconversión industrial y en el marco de una economía globalizada que conlleva una nueva lógica en la distribución y la organización territorial de las actividades industriales y los servicios asociados a las mismas”.


En estos procesos influyen, por un lado, las políticas públicas y, por otro, la estructura y dinámica del tejido empresarial. El proyecto ha focalizado su interés en cuatro aspectos clave para comprender la organización espacial y la importancia urbanística de las áreas empresariales: los criterios que rigen la ordenación de los espacios para actividades económicas; la planificación oficial de suelo industrial; las pautas de desarrollo urbanístico de los asentamientos para empresas en áreas urbanas y rurales; y los planteamientos y acciones de los agentes que intervienen en la gestión de las áreas empresariales.


Para llevarlo a cabo, se propuso una metodología que combina técnicas cuantitativas y cualitativas, desde el rastreo bibliográfico-documental a los trabajos de campo o la realización de encuestas y entrevistas. Se han examinado como fuentes básicas la normativa regional sobre ordenación del territorio, la legislación urbanística, los planes de suelo industrial de los Gobiernos autonómicos, el planeamiento urbanístico municipal y los programas de actuación de los promotores públicos de suelo empresarial (entes nacionales, agencias regionales, ayuntamientos y sociedades mixtas).


Resultados del proyecto


Como detalla Paz Benito, el proyecto “ha permitido avanzar en el conocimiento general sobre la lógica espacial de las áreas empresariales y el modelo territorial de los asentamientos industriales en Galicia, Asturias, Castilla y León, Cantabria, País Vasco y Navarra”.


En primer lugar, se confirma que las regiones sometidas a procesos de reestructuración en los años 1980-90 y con planes oficiales de suelo industrial desde el año 2000 desarrollan un modelo territorial de asentamientos empresariales muy concentrado, ligado a los núcleos urbanos y ciudades más dinámicas y accesibles. La tipología de espacios para las empresas es muy variada: polígonos industriales, parques empresariales, parques tecnológicos, zonas logísticas, etcétera.


Por otro lado, se han establecido con precisión los criterios de ordenación de las áreas empresariales en las comunidades estudiadas y se han identificado debilidades y fortalezas del instrumento de gestión básico.

 

También se han determinado las pautas que rigen la planificación oficial de suelo industrial y se ha confirmado que el volumen de suelo puesto en el mercado, su distribución y localización espacial y sus características urbanísticas y de servicios, “son coherentes en un alto nivel con la oferta y demanda real, aunque se confirma también que una parte del suelo ofertado obedece a intereses políticos y no tanto a las capacidades del territorio”.


A escala municipal, se ha demostrado que el planeamiento urbanístico “potencia la industria en zonas urbanas y, en menor medida, en zonas rurales”. El tamaño de los polígonos y parques empresariales varía entre 20 y 100 hectáreas de superficie, con parcelas que se acomodan a la demanda de las empresas y con una oferta de servicios que tiende a mejorar su calidad.


Gestión de las áreas empresariales


La gestión de las áreas empresariales recae, en primera instancia, en los agentes promotores públicos (con preferencia los Ayuntamientos y los Gobiernos autonómicos) y, en segunda instancia (cuando las parcelas ya están vendidas y ocupadas), en los empresarios, que se agrupan en asociaciones de polígonos industriales para asumir esta función.


Paz Benito del Pozo precisa que el mayor logro del proyecto es que se ha confirmado la principal hipótesis de partida, “que en el norte peninsular se impone un modelo territorial de la industria de tipo concentrado, aunque en menor grado que en etapas históricas, articulado por una tipología de asentamientos más diversa, aunque estandarizada, resultado de la superposición de las políticas de ordenación del territorio, la planificación oficial de suelo industrial y el planeamiento urbanístico municipal”.


A escala urbana y metropolitana se concluye que se están reforzando las relaciones industria-ciudad. “Se puede afirmar que la ciudad industrial no ha muerto, sencillamente se ha transformado la lógica espacial de la actividad industrial en relación con el espacio urbano o metropolitano que la contiene, al tiempo que se aprecia una cierta difusión de la industria en zonas rurales, lo que repercute en la articulación y eficiencia general del territorio”.


Finalmente, el paisaje creado por las áreas empresariales se transforma, haciéndose más extenso, híbrido (industria+servicios muy heterogéneos), y cediendo la fábrica su lugar a las naves de cuidada arquitectura y a los edificios de oficinas y viveros de empresas.

 

Paz Benito del Pozo, profesora titular de Geografía Humana de la ULE y directora del Grupo INVESTER. FOTO: Grupo INVESTER

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