El diputado pide la investigación exhaustiva para establecer las responsabilidades sobre el fallecimiento de un recluso este fin de semana.
Gaspar Llamazares, diputado en el Congreso y candidato de IU a la presidencia de Asturias, considera que la exposición realizada esta mañana por el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, ha actuado como un frontón negando ninguna razón a las críticas de los grupos parlamentarios y a las distintas organizaciones, “e incluso creando incertidumbre sobre el reciente fallecimiento en la cárcel de Villabona, como si no hubiera evidencias suficientes de un fallecimiento por sobredosis”.
El diputado asturiano considera que Yuste mostró su falta de disposición al cumplimiento de las orientaciones por parte de la Defensora del Pueblo para la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) de Villabona. En definitiva, advierte, “tenemos una Secretaría General que se hace cómplice de la dirección de la cárcel en su labor de desmantelamiento de la Unidad Terapéutica y Educativa y de las consecuencias del desmantelamiento, que tienen que ver con la seguridad y con la reinserción, es decir habrá menos seguridad y recursos y menos reinserción, que es el objetivo constitucional fundamental”.
Por otro lado, el diputado ha registrado una batería de preguntas sobre el fallecimiento de un recluso este fin de semana, para el que demanda una exhaustiva investigación y establecer las responsabilidades a que diera lugar. En esta batería, insiste el diputado si el Gobierno tiene previsto rectificar la orientación del Centro y cumplir las recomendaciones del Defensor del Pueblo, restableciendo el pleno funcionamiento de la Unidad Terapéutica Educativa de Villabona y si piensa el Gobierno restablecer plenamente la asistencia sanitaria y la medicación a los reclusos los fines de semana.
Este grave incidente dentro del penal asturiano se produce apenas cinco meses después de que otros dos reclusos de 32 y 40 años de edad muriesen en sus celdas por sobredosis de sustancias estupefacientes.
En tres años los incidentes graves en el penal han aumentado en un 175%, un periodo coincidente en el tiempo con la decreciente actividad de las Unidades Terapéuticas y Educativas (UTE), que han pasado de los 500 a los 400 reclusos sometidos de forma voluntaria a sus programas. Es precisamente la difícil situación que atraviesa el pionero programa de reinserción lo que está repercutiendo negativamente en el ambiente carcelario.