Hay nueve detenidos, entre receptadores y miembros de la organización que se trasladaban desde la periferia de Madrid a otras localidades
Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, en una operación conjunta, han desarticulado un grupo organizado itinerante especializado en la comisión de robos con fuerza, principalmente en establecimientos de telefonía móvil, en varias provincias, entre ellas Lugo y A Coruña.
Según ha informado el Instituto Armado, en el marco de la denominada 'Operación Furaqueo-Bufón', han sido detenidas nueve personas, entre ellas los miembros de la organización y los receptadores, a los que se les imputan 27 hechos delictivos por todo el territorio nacional. En una ocasión llegaron a apoderarse también de cinco toneladas de queso de cabra.
Las investigaciones se iniciaron en Asturias en septiembre de 2014, al tener conocimiento de un robo perpetrado en un establecimiento de telefonía móvil en la localidad de Arriondas. Poco después se produjo un robo con violencia en el interior de un domicilio, en el concejo de Piloña y una tentativa de robo con fuerza en un estanco, también en la localidad de Arriondas.
Todos los hechos tenían un elemento común, el forzamiento y la fractura del bombín de la cerradura de la puerta mediante el empleo del método conocido como "sacacorchos" o "extractores de bombines", según han señalado las mismas fuentes. Las investigaciones llevadas a cabo, así como la colaboración ciudadana, permitieron identificar en la zona de los hechos un turismo que fue fundamental para localizar a los integrantes del grupo, asentados en la periferia de Madrid.
Bajo dirección del Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís, se inició de forma conjunta entre la Policía Nacional y la Guardia Civil una investigación que ha durado siete meses y que ha llevado a esclarecer 26 delitos de robo con fuerza y un delito de robo con violencia, cometidos por toda la geografía nacional.
KILÓMETROS PARA DELINQUIR
Los integrantes de este grupo se trasladaban desde la periferia de Madrid a localidades de diferentes provincias, realizando reconocimientos previos en búsqueda de establecimientos que les fueran propicios, para volver a los pocos días y actuar directamente sobre el lugar seleccionado. Llegaban incluso a realizar mil kilómetros diarios para desplazarse hasta sus objetivos y regresar a su punto de origen.
Una vez que llegaban a la localidad en la que iban a perpetrar el hecho, permanecían en ella unas horas, controlando los movimientos de personas y vehículos que se producían durante la madrugada para cometer el hecho delictivo.
Para asegurarse el resultado, empleaban medios técnicos que imposibilitaban en algunos casos el funcionamiento de alarmas, forzaban o levantaban los cierres metálicos y empleaban instrumentos propios de cerrajero para violentar los bombines de las cerraduras, accediendo al interior de los establecimientos de telefonía y apoderándose de terminales móviles y accesorios para los mismos, tabletas, relojes y otros efectos, indican las mismas fuentes.
Un elemento que llamó la atención a los investigadores fue que tras los robos no abandonaban la localidad de forma inmediata, sino que permanecían en la misma hasta primera hora de la mañana. Además, adoptaban "importantes medidas de seguridad" en sus desplazamientos, como el continuo cambio de vehículos, empleo de lanzaderas y la vigilancia del entorno de sus domicilios sobre todo a la llegada a los mismos.
Si bien su principal actividad iba dirigida al robo de establecimientos de telefonía móvil, también actuaban sobre estancos, establecimientos de venta de productos agrícolas o bares. Las investigaciones llevadas a cabo, permitieron también identificar a uno de los receptadores de los productos robados, tratándose de otro ciudadano afincado en Madrid y con establecimiento abierto al público.
NUMEROSOS ROBOS
La actuación del grupo se repartía a lo largo del territorio nacional y se la atribuye la comisión de robos en diversas provincias. Así en Asturias, se les imputa un robo consumado en un establecimiento de telefonía y una tentativa en un estanco en Parres y un robo con violencia en un domicilio en Piloña.
A estos hay que sumar su participación en 15 robos en dos establecimientos de telefonía móvil en Guardo (Palencia), en Hellín y Tarazona (Albacete), en Mota del Cuervo (Cuenca), en Laguna de Duero (Valladolid), en Llerena (Badajoz), en Peñarroya-Pueblonuevo y Palma del Río (Córdoba), en Ciudad Rodrigo (Salamanca), en Melide (A Coruña), en Burela y Ribadeo (Lugo), en Yecla (Murcia), en Alcalá la Real (Jaén).
A ellos se suman tres robos con fuerza en estancos las localidades de Saldaña (Palencia), Elche de la Sierra y La Roda (Albacete) y el robo a una óptica en Hellín, dos establecimientos de bebidas alcohólicas en Guardo (Palencia) y un establecimiento de venta de maquinaria agrícola en El Tiemblo (Ávila).
Finalmente, el día 14 de abril, como consecuencia de la vigilancia que se venía sometiendo al entorno a los investigados, se pudo detectar la comisión de un robo en un establecimiento de telefonía móvil de la localidad de Tarazona (Albacete), por lo que se estableció un dispositivo en las inmediaciones de sus domicilios, lo que permitió la detención de cinco de los integrantes del grupo, para posteriormente verificar la del receptador.
REGISTROS
Como consecuencia de las detenciones y de los registros practicados en los domicilios de los detenidos, fueron intervenidos 80 teléfonos móviles, 21 gafas de sol y graduadas, 3 tabletas, dos ordenadores, 3 desbrozadoras, 2 martillos percutores, 8 frascos de colonia, 17 relojes, una cámara fotográfica, 22.000 euros, diversas joyas, 1 inhibidor de frecuencia y abundante herramienta especializada para la apertura de cerraduras.
La Guardia Civil ha señalado que se estima que pudieran haber sustraído más de 700 teléfonos móviles, con un valor superior a los 140.000 euros. En cuanto al valor del tabaco sustraído se encuentra por encima de los 77.000 euros.
En el transcurso de la investigación se pudo conocer también la comisión de un robo con fuerza en una quesería ubicada en la localidad de Candeleda (Ávila), donde además de una furgoneta se apoderaron de 5.000 kilos de queso de cabra. Este producto lácteo era puesto en circulación a través del receptador detenido y otros tres de menor importancia.
Como consecuencia de las investigaciones realizadas se pudo identificar a tres receptadores de nacionalidad española, que fueron detenidos por su participación en la puesta en circulación de cientos de kilos de queso sustraídos en la quesería de Ávila.
La operación ha estado coordinada por el Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís. Tras la instrucción de las correspondientes diligencias policiales, cuatro de los detenidos fueron puestos en libertad, mientras que los cinco restantes fueron puestos a disposición de los juzgados de Instrucción de guardia de Madrid y Coslada, que acordó su ingreso en prisión.
Estos cinco criminales ingresados en prisión son los autores materiales de los robos con fuerza, y el principal receptador que centralizaba la adquisición de los efectos sustraídos. La investigación continúa abierta, con el objeto de identificar la procedencia de parte de los efectos intervenidos, por lo que no se descarta que el número de hechos delictivos esclarecidos se incremente.