El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado, desde su teléfono móvil, del 1 de enero al 30 de abril de 2014, efectúo 158 llamadas al SEPA con la única intención de perturbar el funcionamiento de dicha institución y provocar actuaciones inútiles de servicios sanitarios y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, según detalla en una nota.

   Entre las diferentes llamadas, el 9 de marzo avisó al 112 de que un vecino le estaba disparando desde una ventana, cuando dos agentes de la Guardia Civil acudieron a localidad de Priesca, el acusado insistió en su acusación ante los agentes, pero no dio dato alguno de la identidad del vecino ni de su localización ni vestigio alguno que indicara que hubiera sufrido o se hubiera producido algún disparo con arma de fuego.

   El día 13 de abril de 2014, en una nueva llamada al 112, relató que varias personas que habían entrado en su casa le habían amenazado y agredido, pero cuando los agentes de la Guardia Civil y los servicios médicos acudieron a su domicilio se negó a abrirles la puerta. Por último, el 16 de abril, el acusado llamó a la Guardia Civil refiriendo que había sido agredido por varias personas en el exterior del bar La Reguerita, en Priesca. El acusado reiteró su denuncia ante los agentes, pero la encargada del local indicó a la Guardia Civil que todo era falso.

   La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito continuado de simulación de un delito en grado de tentativa, condene al acusado a 9 meses de multa con una cuota diaria de 8 euros (2.160 euros), con una responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago de un día de privación de libertad por cada dos cuotas impagadas, y el abono de las costas procesales.