EGA/DICYT Una nueva técnica de microondas aún en desarrollo podría ayudar a conseguir una detección más rápida y precoz del cáncer de mama. El método sería menos intrusivo que las actuales mamografías y de un coste más bajo, por lo que se podrían realizar más pruebas. El trabajo corre a cargo de la Universidad Estatal de Dakota del Sur y el investigador responsable, Sung Shin, ha presentado estos avances en el congreso internacional ACM/SIGAPP Sympossium on Applied Computing, que se ha celebrado a lo largo de esta semana en la Universidad de Salamanca con la presencia de 450 especialistas en campos como la inteligencia artificial, la ciberseguridad o los sistemas de información.
Hasta ahora los métodos de diagnóstico de cáncer de mama varían en cuanto a su rendimiento y precio, tal y como explica Shin, "actualmente las mamografías están basadas en el uso de rayos X o en las resonancias magnéticas funcionales. La técnica de rayos X es intrusiva por la cantidad de radiación emitida y el chip que realiza la imagen a través de ese método no es muy preciso. Por otro lado, las resonancias magnéticas son muy precisas pero muy caras, así que nosotros pretendemos tener una calidad de imagen precisa a un coste menor para así poder realizar más imágenes y generar una monitorización más constante", ha señalado en declaraciones a DiCYT.
La nueva técnica, aún en desarrollo en colaboración con la Universidad Estatal de Dakota del Sur, la Universidad Nacional de Seul y la clínica Mayo de Minnesota, tiene el objetivo de dar solución al gran coste que estas herramientas de diagnóstico generan en la actualidad. “La técnica que usamos se conoce como tomografía por microondas. Las ondas se generan con un emisor y se dirigen hacia el pecho, dentro de este, algunas de las ondas emitidas rebotan, y estas son recogidas por 15 sensores agrupados alrededor de la zona monitorizada. A través de las medidas de conductividad y resistencia eléctricas registradas por estos sensores, somos capaces de generar una imagen más fiable y barata con un método que no ha dañado el cuerpo", comenta el investigador.
Reducción de costes
Gran parte del problema se reduce a la cantidad de tomografías que se pueden realizar de un paciente. Si este método llegase a ser aprobado el tiempo que llevaría realizar el diagnóstico sería mucho menor que el actual. "Llevaría menos de 5 minutos generar la imagen, no requiere ninguna complicación adicional, las mamografías por rayos X tardan mucho más y una máquina de imagen por resonancia magnética funcional cuesta más de 3 millones de dólares. Sin embargo, nuestras máquinas no superarían los 100.000. Esto significa que en vez de realizar una prueba cada 4 o 5 años se podría hacer una cada 6 meses", agrega.
Comparar imágenes
Estos grupos de trabajo también están dedicados a la comparación de modelos a través del big data. A través de las imágenes que se generarían con estos nuevos sistemas y junto con las bases de datos que almacenarían toda la información, se podrían clasificar tumores de forma más efectiva. "Se podrían encontrar varios casos que fueran similares a pesar de haber sido diagnosticados con distintas técnicas y esa información puede resultarle útil al doctor para poder realizar un diagnóstico más preciso en los siguientes pacientes", declara Shin.
El objetivo, si las regulaciones del Departamento de Estados Unidos lo permiten, es tener una máquina comerciable en 2017. Sin embargo, "aplicar cualquier tipo de herramienta de diagnóstico en humanos es un proceso muy largo y de muchos quebraderos de cabeza. Hemos conseguido realizar un trabajo experimental en Corea con 15 pacientes con muy buenos resultados, pero la regulación por parte del gobierno estadounidense para hacer este tipo de trabajos lleva más tiempo", reconoce el experto.