Se trata de un trabajo elaborado por mujeres que buscan "romper con el canon masculino" y elaborar una "genealogía al revés" modificando, una y otra vez, las fotografías que cogen de base. Al proyecto se sumarán además otros siete artistas al estar en constante actualización. Bajo el título 'Re-action: genealogía y contracanon' la muestra se exhibe hasta el 14 de junio simultáneamente en la Sala de exposiciones de Laudeo Centro Cultural de Extensión Universitaria de Oviedo y el Museo Barjola de Gijón.

   La muestra incluye obras de Andi Arnovitz, Oreet Ashery, Tania Bruguera, Nancy Buchanan, Cabello/Carceller, Regina José Galindo, Carmela García, Kate Gilmore, Veru Iché, Eva Lootz, Chantal Maillard, Teresa Matas, Molimo, Tahmineh Monzavi, Cirenaica Moreira, Beth Moysés, Senga Nengudi, Marta María Pérez Bravo, Alix Pearlstein, Elena del Rivero, Susan Schwalb, Erika Suderburg y Ryoko Suzuki.

   Según ha explicado la fotógrafa Inés Marful, una de las artistas de la exposición, este ha sido un trabajo que representa un "largo esfuerzo de voluntades" que comenzó cuando descubrieron las fotografías y decidieron "ver el aura mágica" de las mismas.

   A partir de estas imágenes, las artistas van realizando "intervenciones drásticas" en la obra que deja la anterior, estableciendo un "diálogo de mujer a mujer".

   Se trata, según Marful, del "mayor desembarco de artistas internacionales" en una exposición que "nunca se había hecho antes". En la muestra la perspectiva de género es "fundamental", puesto que las artistas que la llevan a cabo perciben que las mujeres han estado "excluidas" durante décadas en el mundo del arte. En este sentido, la artista ha asegurado que en España, solo el 15 por ciento de las exposiciones individuales durante 2014 fueron de mujeres.

   Sobre este aspecto Marful ha explicado que, si bien es cierto que existe un alto número de mujeres galeristas, entre ellas existe cierto "síndrome de estocolmo" que las lleva a contratar a más artistas hombres que mujeres. "Primero hay que ser autoconscientes y repartir esta conciencia", ha explicado.

   Para representar la perspectiva de género, las artistas han empleado el color rojo en la mayoría de las obras para realizar las intervenciones, representando la "historia metafóricamente sangrienta" que, según su perspectiva han sufrido las mujeres. "A las mujeres se les ha hecho mucha sangre", ha explicado.