Óliver Díaz dirige «Katiuska» en Oviedo

Óliver Díaz dirige «Katiuska» en Oviedo

El director asturiano conduce desde hoy la opereta de Pablo Sorozábal en el teatro Campoamor de la capital ovetense

 

Redacción.- Esta tarde se representa en la capital asturiana la opereta «Katiuska», del compositor donostiarra Pablo Sorozábal, segundo de los títulos del Festival de Teatro Lírico Español que se celebra anualmente en Oviedo. Se trata de una coproducción en la que han intervenido los teatros Arriaga de Bilbao, Calderón de Valladolid, Español de Madrid y Campoamor de Oviedo, y que podrá disfrutarse, además, los días 17 y 18 de abril.

Óliver Díaz, que confiesa sentir un «enorme placer» al acudir por tercer año consecutivo a la temporada de zarzuela ovetense y afirma que «para la cultura es muy importante que ciudades como la nuestra sigan estando a la cabeza en el ámbito sinfónico, operístico y lírico», conduce a la orquesta Oviedo Filarmonía y al Coro de la Capilla Polifónica de Oviedo, mientras que otro carbayón, Emilio Sagi, firma la escenografía de una obra que ha cosechado grandes triunfos allí donde se ha venido representando, según esta novedosa versión, creada en 2008.

El terceto solista lo configuran la soprano granadina Mariola Cantarero (Katiuska), el tenor donostiarra Jon Plazaola (Príncipe Sergio) y el barítono asturiano David Menéndez (Pedro Stakof); junto a ellos, completan el elenco María José Suárez (Olga), David Rubiera (Coronel Bruno Brunovich), Milagros Martín (Tatiana), Juan Noval (Boni) y Lander Iglesias (Amadeo Pich).

 

CON ACENTO RUSO

 

La música de «Katiuska» está orientada a crear en el espectador el clima de la música rusa, sirviéndose de los mismos o parecidos recursos tonales y, sobre todo, rítmicos, que se suelen asociar al folclore de aquel país y a las partituras de sus autores más divulgados como Musorgski, Borodin, Chaikovski o Rimski-Korsakov.

Entre sus hermosos números corales, exquisitas romanzas y dúos o chispeantes piezas cómicas, merecen citarse el coro que abre la obra «Todo es camino» y «Es delicada flor», uno de los mejores momentos de la partitura, con una bella melodía lírica y una ingeniosa vertebración coral; la romanza de Katiuska «Vivía sola con mi abuelita» o la de Pedro «La mujer rusa»; el dúo de Katiuska y Pedro «Somos dos barcas que por el Volga», sin duda, otro punto culminante de la obra; y los cuartetos cómicos «Rusita, rusa divina» o el fox-trot «A parís me voy».

En conjunto, y aun mezclando opereta, zarzuela y folclore, es una excelente muestra de la inspiración de Sorozábal y justifica por sí misma la fama de la que goza justamente su autor.

El crítico musical Federico Sopeña lo enjuicia así: «Aunque “Katiuska” se llama opereta, hay algo que está ligado con la zarzuela tradicional: el acento sobre la romanza, sobre lo emotivo. No la ligereza con cierto barniz de sentimentalismo típico de la opereta, sino la tradicional expresión lírica, la honda y fuerte expresión amorosa creada por un músico que se sentía actual y romántico a la vez. El gran músico de teatro que es Sorozábal se ve aquí, en esta obra de juventud, pues a través de la romanza nos da personajes que no son títeres, sino personajes de carne y hueso. Hay en esas romanzas, que pronto se hicieron popularísimas, una gradación hábil e instintiva a la vez: la voz grave de barítono expresando una emoción no ruda, pero si resueltamente varonil, fácil a la violencia y la voz de Katiuska que, deseando como escaparse hacia la pajarería de las tiples ligeras, se centra en un lirismo ingenuo y hondo al mismo tiempo, mientras que al tenor, por el mundo caído que representa, se lo coloca en un cierto tono gris logradísimo musicalmente».

 

«GLAMOUR» ENTRE RUINAS

El texto original enfrentaba a un mundo aristocrático a las ruinas de la revolución rusa y sus años posteriores. Los años 30, en España, son el preludio de una guerra que alterará el orden establecido. Es en esta época donde Sagi sitúa la acción de «Katiuska».

Otra de las innovaciones es convertir a la princesa Katiuska en una especie de estrella de Hollywood. «No he querido recrear el folclore ruso sino hacer una crónica sentimental que emocionará al público. Es un relato sobre aquellos años grises en los que el cine se convirtió en el bálsamo de tranquilidad al que se acudía para escapar de la dura realidad y las grandes estrellas eran el “glamour” del momento. Quería plasmar esa idea estéticamente y por eso Katiuska es como Hedy Lamarr o Gloria Swanson en medio de un mundo en ruinas, muebles viejos y pianos rotos, en el que vive una historia maravillosa».

 

UN TRIÁNGULO AMOROSO

 

La acción transcurre en una posada en las afueras de un pueblo de Ucrania. Los bolcheviques han tomado el poder y gravan con fuertes impuestos a los campesinos. El hambre y la guerra obligan a muchas personas a abandonar el país.

Pedro Stakof, comisario soviético, llega al pequeño mesón sin identificarse. En el mesón Boni, joven posadero, atiende a todos con cordialidad. Olga galantea con Pedro provocando los celos de Boni. Aparece Bruno Brunovich, Coronel de Cosacos. Bruno vive en la posada a costa de Boni, su antiguo asistente, y de su tía Tatiana. También llega Pich, un comerciante catalán representante de una casa de medias, y se crea una graciosa confusión. El Príncipe Sergio busca refugio en la posada acompañado de Katiuska y la deja al cuidado de Tatiana.

Una tropa de soldados llega buscando bebida, y Katiuska, que en ese momento está allí es acosada por ellos. Stakof defiende a la muchacha y persuade a los soldados de que se vayan. Conocida la identidad de Pedro Stakof, que como comisario tiene la misión de cobrar los elevados impuestos, los campesinos lo buscan para deshacerse de él y Katiuska lo salva escondiéndolo en su habitación. Por la noche Pedro aparece trayendo al Príncipe preso. Katiuska recrimina su acción, pero éste defiende valientemente sus ideales de bolchevique.

Katiuska declara su amor a Pedro, pero le pide que perdone la vida al Príncipe y le permita huir; el comisario se niega. El coronel y Pich, indistintamente, proponen a Olga un viaje a París. Entran soldados y campesinos que traen detenidos a nobles, hombres y mujeres. Ellos descubren que Katiuska es princesa. Pedro concede la libertad tanto al Príncipe como a Katiuska. Ella, enamorada, quiere quedarse con él.

 

ESTRENADA EN 1931

 

Estructurada en dos actos y con libreto de Emilio González del Castillo y de Manuel Martí Alonso se estreno en el Teatro Victoria de Barcelona el 28 de enero de 1931 con el título «Katiuska, la Rusia roja» para pasar más adelante, superados los problemas políticos de la época, a conocerse únicamente como «Katiuska».

La soprano Gloria Alcaraz, el barítono Marcos Redondo, y el tenor Mateo Guitart fueron los máximos protagonistas de aquella primera representación, en la que la música gustó mucho, pero el texto no tanto, lo que motivó que el compositor se decidiese a introducir cambios en el segundo acto.

Así lo cuenta Sorozábal en su libro autobiográfico: «Martí Alonso se puso a ojear la prensa, buscando alguna crítica y yo me dispuse a que me limpiasen los zapatos. Empezó el limpiabotas su faena y antes de terminar la limpieza de uno de los zapatos se dirigió a mí diciéndome:

- ¡Vaya música más bonita que ha escrito usted!

- ¿Estuvo en el estreno?

- Claro que estuve.

- ¿Y le gustó?

- La música sí, pero el libro es una m…

- Dígame ¿porqué no le gustó el libreto?

- ¡Hombre! -me contestó- el primer acto sí que me gustó, y mucho, pero el segundo, aquello de París y del cabaret, nada.

- ¿Qué es lo que a usted le hubiese gustado?

- Mire, no sé… pero después de los tiros y de ver como el barítono, Marcos, saltó por la ventana, lo que me hubiese gustado es saber si le habían herido o si había logrado escapar.

Terminó su faena, se fue con su caja a postrarse ante otro cliente que le había hecho señas y yo le dije a Manolo Martí: Este es el que tiene la razón. No se trata de cortar, peinar, quitar o poner penachos. Tenemos que hacer un acto nuevo. Mi colaborador en principio puso cara de asombro. Luego me dio la razón. Todavía no sabíamos cómo iba a reaccionar la gente, ni la empresa. Pero yo me di cuenta de que al final quien tenía razón era el limpiabotas y estaba decidido a seguir su opinión... A eso de las cuarenta representaciones, un buen día se levantó el telón y sin haberlo anunciado se representó la   «Katiuska» sin el cabaret de París, todo sucedía en un solo decorado y sin salir de Rusia. Y fue un éxito».

Cabe añadir que, como la primera versión discográfica de esta zarzuela se grabó antes de su estreno, con el compromiso de la casa editora de no sacar los discos a la venta hasta después de la «premier», esa misma noche ya sonó la grabación en el vestíbulo del teatro, cuando el público salía al acabar la representación. Por tanto, se conservan intactos los fragmentos que fueron modificados y el «Canto a la patria» que se eliminó posteriormente.

 

PABLO SOROZÁBAL

 

Compositor vasco, uno de los más destacados autores de obras sinfónicas y del género lírico de la música española del siglo XX. Estudió Teoría Musical y violín con Alfredo Larrocha en la Academia Municipal de Música de San Sebastián, ciudad donde había nacido el 18 de septiembre de 1897, para pasar más adelante a formar parte de la Orquesta del Casino de la capital donostiarra, con sólo 17 años. En 1918 acude a Madrid para tocar en la Orquesta Filarmónica y gracias a su indiscutible capacidad consigue una beca para viajar a Leipzig (Alemania), donde dirigió Gratian Steinweg Orchester en 1923 y, posteriormente, la Orquesta Sinfónica de Madrid entre 1945 y 1952.

Entre sus principales obras, cabe destacar junto a «Katiuska», «Adiós a la bohemia», «La del manojo de rosas», «La tabernera del puerto», «Black, el payaso» y «Don Manolito». Murió en Madrid, el 26 de diciembre de 1988.

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