El Sporting recibió la bendición de la Santina, a la que hizo pasadas la una y media de esta tarde la habitual ofrenda el equipo rojiblanco, que llegó a Covadonga encabezado por su presidente Manuel Vega-Arango. La anécdota estuvo en la ofrenda, que realizaron el más joven, Juan Muñiz, y Barral. Le tocaba hacerla como el jugador de más edad a Rivera, pero se quedó en Gijón, dado que ha sido padre y su mujer recibía el alta este mediodía. En su lugar le tocaba a Juan Pablo, pero se equivocó el bueno del capellán rojiblanco y llamó a la entrega a Barral. Ambos depositaron el balón y la camiseta del equipo.
En su homilía, Fueyo hizo un repaso mariano por las distintas vírgenes que corresponden geográficamente a los componentes de la plantilla sportinguista, a la vez que pidió por la institución.
La Santina recibió ataviada con los colores rojiblancos, "los que mejor le quedan", enfatizó el capellán.
Tras el acto institucional, el club rojiblanco se dirigió para almorzar al Cenador de los Canónigos, restaurante situado a las afueras de Cangas de Onís.
Previamente a la visita a Covadonga, el equipo se entrenó en Mareo