Alerta policial sobre una oleada de 'hurtos mágicos' en Asturias

Alerta policial sobre una oleada de hurtos mágicos en Asturias
  • El diccionario de los timos tiene una ya antigua entrada: el hurto mágico.

 

Se denomina así porque los estafadores parecen auténticos prestidigitadores que, con su habilidad y locuacidad, llegan a consumar verdaderos trucos de magia para conseguir cambiar de mano billetes, relojes o pulseras, sin que la víctima llegue a darse cuenta. El modus operandi de sus golpes consiste en realizar una compra por valor de entre 1 y 5 euros en almacenes y supermercados generalmente con afluencia de público, y pagar con un billete de 50, 100 ó 200 euros.

 

Cuando la cajera les devuelve el cambio, los timadores manifiestan que disponen de dinero suelto y que prefieren pagar el importe exacto, de manera que al final, y ayudados de una gran verborrea, consiguen que el empleado del establecimiento se confunda y les devuelve los 50, 100 ó 200 euros entregados al principio, así como el cambio de los mismos.

 

Otra variante es un caso sucedido hace unos meses. Una pareja abordó a un ciudadano en la Avenida del Cristo desde el interior de un vehículo de gama media alta para preguntarle por una alguna calle o edificio. Los timadores entablaron conversación, se mostraron desconocedores del euro y enseñaron dólares pidiendo que se les mostrara la moneda europea con el pretexto de verla para saber cómo era.  En un momento dado lograron que se produjera un intercambio de carteras o billetes y, aprovechando la confusión, realizaron el cambio quedándose con el dinero legal. En otras ocasiones hicieron lo propio pero dando el cambiazo con relojes.

 

 También consumó este timo en Oviedo un delincuente que se hizo pasar por inglés.

 

Los hurtos mágicos cometidos la semana pasada en Aviles consistieron en que las autoras, de buena presencia física realizaron una compra en un establecimiento de un producto de bajo coste, dos o tres euros y entregan para el pago un billete de cien o 50 euros; cuando el vendedor le hace entrega del cambio, el autor lo guarda procurando esconder parte del dinero para después mostrar su disconformidad con el objeto comprado y solicitar que se le devuelva el billete que entregó. En ese momento empiezan los problemas, tratan de ocultar parte del dinero, solicitaron de nuevo el cambio en billetes más pequeños y siempre genera desconcierto y dudas en quienes los atienden sobre la cantidad entregada y el cambio recibido. Finalmente se apropiaron de alguna cantidad que oscila entre los 50 a 100 euros dependiendo del importe inicial dado y se alejan del lugar dejando al empleado con dudas sobre lo sucedido.  En algunos casos hasta el arqueo final de la caja la víctima no se percata del engaño sufrido.

 

Un estanquero de la zona centro de Oviedo fue víctima también de un hurto por este procedimiento conocido como “hurto mágico”. Según la denuncia formulada por el estanquero, entraron en su establecimiento una pareja de raza árabe, hombre y mujer acompañados por una niña pequeña. A la persona que se encontraba al frente del estanco le manifestaron que se encontraban de paso por Oviedo y que desconocían las monedas y billetes de curso legal en España y le rogaron, amablemente, si podía informarles de cuál era su valor. Previamente le habían preguntado si hablaba inglés, respondiéndoles que sí, procediendo entonces a informarles sobre lo que habían solicitado. Les enseñó billetes, de 5,10, 20, 50 y 100 €.

 

Mientras la mujer entretenía al estanquero, en un momento determinado el hombre metió la mano en la caja cogiendo un fajo de billetes de 50€ y preguntando cuánto era su equivalente en dólares, devolviéndoselos inmediatamente, para a continuación después de darles reiteradamente las gracias por su amabilidad, se ausentaron del establecimiento. A las 21 horas cuando hizo el recuento de caja se dio cuenta que le faltaban 250 € en billetes de 50. Avisada la policía se revisó la grabación de las cámaras de seguridad, observando claramente cómo el hombre se apodera de los billetes y los introduce hábilmente en la manga de su chaqueta.

 

Según otra denuncia recibida, la delincuente (de raza gitana) adquirió una barra de labios. Una vez en la caja, la clienta entregó un billete de 200 euros a la dependienta. Cuando la cajera se dispuso a pasar el billete por el comprobador de la autenticidad del mismo, la clienta empezó a increparla y reprocharle que no se fiara de ella por su raza. Pese a los improperios, la dependienta le dio la vuelta al comprobar que el billete era auténtico.

 

Una vez que la delincuente obtuvo el cambio, ésta exigió su derecho a devolver el producto y pidió que le diera el billete de 200 euros, a lo que la dependienta accedió. Finalmente, cuando la mujer abandonó el establecimiento se efectuó un recuento de caja y se comprobó que faltaban 100 euros. La clienta se había llevado sus 200 y otros 100 más. Su técnica era sencilla: entretuvo a la dependienta mediante la discusión y, en el momento de devolver el producto y recuperar su billete de 200 euros, no le entregó todo el cambio que le había dado la cajera, sino que se quedó con 100 euros.

 

El grupo de hurtos de la Jefatura Superior de Policía está intentando localizar a los autores del “hurto mágico” que tal cual como un prestidigitador hicieron desaparecer el dinero. La policía aconseja comprobar fehacientemente los billetes recibidos, el cambio entregado y en caso de dudas o sospechas de poder ser victima de una estafa avisar a la policía que acudirá de inmediato.  

 

Dejar un comentario

captcha