El lamentable discurso de la ministra de Fomento, Ana Pastor, defendiendo cinco AVE's para Galicia y otros tantos, u más al País Vasco, por la inversión que conllevan, añadida --que el Gobierno no explica a los asturianos ni a los españoles la condición de que cada 'eurín' que pagan todos los días va destinada a ello-- para defender que Asturias siga siendo la única isla penísular de Europa causa vergüenza, estupor e indignación.
Asturias, que con tan enorme generosidad tanto regaló a España. Asturias, que tanto sigue callando, no merece la burla de que se discuta si la miseria de su única salida por vía férrea se va a dejar en un 'hilo o dos'.
Las inversiones del Gobierno presidido por Mariano Rajoy en Galicia superan cualquier índice racional entre comunidades de esta España. Él las justificará en su herencia de Don Manuel. Pero no es recibo a admitir en Asturias.
El odio de Rajoy a Asturias no lo palían las declaraciones de valiosas personas del PP en el área local. Lo muestran sus hechos de Gobierno.Y sus hechos de Gobierno son pedir al presidente de Francia que quitara a Gijón la Autopista del Mar --diga lo que diga ahora Mercedes Fernández--, para llevárla a su tierra natal. Y sus hechos de Gobierno son los cinco AVE gallegos y el ninguno para Asturias.
Mariano Rajoy debería de explicarlo en Asturias, no sólo en la tierra de Cospedal.