Por Rubén Arranz
/DICYT
Existen diferencias entre cómo se enamoran los hombres y las mujeres que estudian en la Universidad de Burgos y, mientras en ellas este sentimiento aparece tras haber creado algún vínculo con la otra parte, en ellos es más repentino y se asocia más a la atracción física hacia la otra persona. Ésta es una de las conclusiones que José Manuel Sanz, licenciado en Psicología y docotorando del Departamento de Ciencias de la Educación de esta Institución académica, recoge en su tesis El enamoramiento en los estudiantes de la Universidad de Burgos.
Realizado a partir de la experiencia de 503 alumnos (52 por ciento mujeres y 48 hombres) con una edad media de 21 años, el trabajo destaca que ellas están enamoradas actualmente en un mayor número que ellos (70 por ciento, frente al 40), hecho que conlleva que las mujeres encuestadas tengan más relaciones de pareja que los hombres, ha explicado Sanz a DICYT.
Para el investigador, estas diferencias se deben a que existe una percepción diferente del enamoramiento entre hombres y mujeres y, mientras ellos son más pasionales en un primer momento y no necesitan de "reciprocidad" para desarrollar este afecto, ellas son más precavidas y "no se suelen entregar antes de recibir" alguna señal positiva de la otra parte.
Mitología social
A pesar de esta cautela inicial, ellas suelen presentar de una mayor forma aquellos comportamientos que llevan a idealizar a la otra persona y a considerar el amor como algo "fundamental" y como el sustento vital. Es lo que Saez denomina la "mitología social del enamoramiento", que lleva a exaltar sus aspectos positivos y a considerar como fundamentales comportamientos que suelen ser más propios "de las películas" que de la realidad.
El que estas personas sitúen el amor en el epicentro de su vida o lleguen a considerar que su existencia sin pareja "no tiene sentido" puede provocar que asuman como normales determinados comportamientos negativos y soporten "serios problemas" de la convivencia que no tolerarían si no tuvieran esa percepción idílica del enamoramiento, ha expuesto el doctorando.
El estudio destaca que los estudiantes encuestados se enamoraron por primera vez a los 15 o los 16 años y que, desde entonces, los hombres conocen tres veces de media este sentimiento, por dos de las mujeres. El 81 por ciento de estas últimas revela, a su vez, que ha visto correspondido su amor, frente al 68 de ellos. Para Saez, esto demuestra que ellas "son más seductoras" y avala su tesis de que habitualmente este fenómeno suele desarrollarse en ellas una vez perciben signos que les llevan a pensar que van a ser secundadas por parte de la otra persona.
Las personas cuya vida está más orientada a la consecución de objetivos profesionales suelen enamorarse de una forma menos frecuente y, mientras otras personas más proclives a desarrollar este sentimiento se juntan "a la parte que aman" a pesar del rechazo inicial o de la aparición de problemas en la pareja, éstas son más propensas a alejarse y a disminuir la importancia que tiene para ellas, ha afirmado.
Manifestaciones físicas
A la par que el sentimiento del amor suelen surgir en los individuos una serie de síntomas fisiológicos que son "muy similares al estrés" y que suelen ir acompañados de una disminución de la capacidad de concentración y de una pérdida "relativa" del interés hacia todos aquellos asuntos que no circulen alrededor de la otra persona.
"Los enamorados suelen mostrar también una gran debilidad emocional y su estado de ánimo depende muchas veces de si su amor es o no correspondido o si lo es en la intensidad que ellos consideran necesaria", ha precisado el investigador, quien ha añadido que en ocasiones el enamoramiento puede despertar otras sensaciones como la obsesión o la de desesperación.