La escritora argentina Ana María Shua ha destacado hoy en Santander las “consecuencias literarias” de las nuevas tecnologías y ha señalado la contribución de internet y de herramientas como Twitter a la difusión del microrrelato, un género que, según la autora, requiere de “cierta habilidad para la síntesis”.
Así se expresó durante una rueda de prensa con motivo de su participación en el Taller de microrrelatos ‘Brevedad, técnica y misterio’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en la que aseguró que los teléfonos móviles y las redes sociales “han obligado al común de la gente a producir textos brevísimos”.
La otra razón que explica el auge de este género en los últimos años es, según la escritora, el reconocimiento de la crítica especializada que, hasta hace unas décadas, consideraba el microrrelato como una “variante del cuento”.
Shua definió el microrrelato como un texto que incluye “algún elemento narrativo y no más de veinticinco líneas”, y añadió que su escritura exige “la mayor concentración posible de significado en la mínima cantidad de significante”.
En este sentido, afirmó que en un relato breve “cabe de todo”, aunque indicó que debido a la corta extensión de los textos resulta “más fácil” trabajar con el humor que con la emoción. A pesar de ello, manifestó, también es posible “encontrar emoción en unas pocas palabras”.
“Hay cuentos de menos de veinte líneas en los que hay incluso una profundización psicológica en los personajes”, apuntó la autora. Se trata, en su opinión, de algo similar a lo que ocurre en el resto de géneros literarios, en los que siempre “aparece un genio que rompe las reglas y demuestra que todo es posible”.
Por otro lado, la escritora consideró que se está produciendo un “enorme” incremento de autores que se dedican a este campo pero no existen, en cambio, tantos lectores “como podría imaginarse”, debido a que se trata de un género “muy exigente”.
Según expuso, este tipo de textos trabajan con los conocimientos del lector y necesitan de un “esfuerzo” para entrar en unos relatos que tienen “sus propias leyes y sus propios códigos”, motivo por el que “nunca aparecen en la lista de best-sellers”, ironizó.
La escritora acaba de publicar en España su último libro, titulado ‘Fenómenos de circo’, que incluye alrededor de 200 cuentos breves. “Es mi quinto volumen de microrrelatos, así que ya tengo escritos unos mil o mil doscientos”, señaló