Exigían una importante cantidad de dinero, amenazando con cortarle un dedo a la secuestrada y enviárselo en un corto espacio de tiempo.
Desde hace un tiempo se vienen recibiendo denuncias, en comisarías de la Policía Nacional en distintas provincias de España, de estafas telefónicas utilizando lo que denominamos “secuestro virtual”.
Consiste básicamente en una llamada telefónica simulando el secuestro de un familiar (hijos, nietos, padres, etc.) y a continuación solicitar el pago de una cantidad de dinero para poder proceder a su liberación.
Las personas que efectúan las llamadas han sido gente con acento sudamericano que manifiesta tener secuestrado al familiar o amigo para a continuación ponerle al secuestrado el teléfono, que con voz entrecortada indica que se acceda a lo solicitado.
El supuesto secuestrador habla poco y muy alterado lo que dificulta la identificación de la voz por parte de la víctima de la estafa.
La llamada se prolonga durante bastante tiempo con dos objetivos evitar comprobar la veracidad de la llamada y presionar para que el pago se realice rápido, siguiendo las instrucciones que le van dando a la víctima.
Concretamente en Asturias una familia recibió una llamada en la que se informaba que habían secuestrado a su hija y que si de manera inmediata no depositaban una determinada cantidad de dinero en el lugar que le indicarían procederían a matarla.
Añadían que le estaban vigilando y si en un breve espacio de tiempo no realizaba las gestiones para sacar dinero del banco, como prueba de que iban en serio, le dejarían un dedo que habrían cortado a la víctima, en una cabina telefónica próxima.
Afortunadamente en este caso, mientras el marido estaba atendiendo a los supuestos secuestradores, la esposa de la persona que recibió la llamada pudo contactar telefónicamente con su hija, comprobando que estaba bien.
El extorsionado mantuvo la línea abierta y siguió el juego a los secuestradores poniendo el teléfono en manos libres e indicándoles que se dirigía al banco, pero en realidad se dirigió a la comisaría, que estaba cerca de su domicilio, consiguiendo mantener la conversación, cuya parte final fue escuchada por la policía.
En esta ocasión se pudo resolver, fracasando el intento de estafa.
En otros casos no se han resuelto de manera favorable ya que unos padres no pudieron contactar en varias horas con su hija, que se encontraba en el extranjero y accedieron a las exigencias de los secuestradores.
Las llamadas suelen efectuarse con número oculto o con un prefijo de un país extranjero, generalmente de Sudamérica.
La Policía Nacional considera que si los delincuentes obtuvieron algún éxito pueden repetir las llamadas de manera indiscriminada y que al haberse difundido esta modalidad de estafa puede ser imitado por grupos determinados, por lo que se pretende alertar a la población en general para que ante esta situación lo comuniquen de manera inmediata a la policía.
Por parte de investigadores policiales especializados se está intentando localizar el origen y los autores de las llamadas.