El Presidente Mujica participó del seminario internacional “Izquierda y proyectos progresistas en la región: desafíos para seguir cambiando”, organizado por la Fundación Líber Seregni, la Fundación Friedrich Ebert (Fesur) y el Frente Amplio en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo, que finalizará este sábado 28.

En el ser humano y las sociedades conviven en contradicción permanente el egoísmo y la solidaridad, reflexionó Mujica.

Mientras el egoísmo es necesario para pelear por estar vivos y por sostener a nuestros seres más cercanos, que nos acompañan, la solidaridad funciona en defensa de la especie humana, apuntó.

“Lo esencial y lo determinante es la voluntad creciente de darnos cuenta que solo la cultura, solo el cultivo y la predisposición a enfrentar a nuestro egoísmo nos dan condiciones para crear un hombre mejor; el hombre nuevo no es una utopía de llegar un día a un arco de triunfo y que esté todo arreglado, el hombre nuevo es el camino por ser menos porquería de lo que somos”, aseveró.

Mujica reivindicó la importancia de los partidos políticos, aunque no estén de moda, y señaló que la crítica que se realicen en las discusiones en su interior debe ser constructiva y para mejorar. Consideró que no hay otro camino para transformar la sociedad que el desarrollo de la conciencia.

“Veo a la izquierda del futuro como una herramienta educadora que da combate en los rincones de la sociedad, pero puede pasar lo contrario, porque al final vas a empezar a pensar como vives y debe ser al revés, debes de vivir como piensas”

El mandatario señaló que, sin entregar la libertad y el libre albedrío, es saludable someterse a una disciplina y sentirse hombro con hombro y soportar aunque uno discrepe el valor del equipo.

“Solo avanzamos colectivamente y nuestra marcha es la velocidad de los más lentos, no de los que están al frente”, sostuvo.

La importancia de la cultura
Mujica inició su alocución señalando que en su vida no ha procurado ser un asceta. Precisó que pertenece a una generación que quiso transformar el mundo y para ello se apoyó en la concepción teórica denominada socialismo científico.

Apuntó que ese proyecto lo llevo a reflexionar en sus largas horas de soledad (en prisión), sin acceso a ningún tipo de lectura, sobre qué es el hombre. Recordó que cuando recuperó la libertad realizó estudios en el campo de la antropología, con el apoyo de su amigo Renzo Pi, en procura de abordar este asunto.

El Presidente desestimó aquellas posiciones teóricas que consideran que las transformaciones culturales de la sociedad están determinadas de formas automáticas por los cambios de las estructuras económicas de la sociedad.

Consideró, por el contrario, que es imprescindible para la izquierda realizar una batalla en el campo de la cultura, porque sin una transformación en esa dimensión para nada sirve un cambio en las relaciones de propiedad.

Añadió que el cambio cultural no radica en un cambio de la enseñanza, sino que resulta imprescindible que los colectivos sociales incorporen nuevos valores.