Historias de cine por un mundo sin racismo

Historias de cine por un mundo sin racismo

AVPR/DICYT ¿Hasta qué punto puede una película ayudarnos a mejorar la sociedad en la que vivimos? Así planteado, en seco, puede parecer una pregunta pretenciosa, de esas que lanzamos con ánimo de tertulia una tarde de café antes de la ceremonia de los Oscar. Sin embargo, tal y como han demostrado los investigadores del Observatorio de los Contenidos Audiovisuales de la Universidad de Salamanca, convenientemente reformulada y contextualizada cobra sentido pleno.


Hace casi tres años que Juan José Igartua y Francisco Javier Frutos se preguntaban si los contenidos audiovisuales que consumimos, en especial el cine, tienen capacidad para moldear nuestras actitudes hacia la inmigración. "Los formatos narrativos de ficción nos condicionan de manera diferente a cómo lo hacen los informativos o la publicidad. En general los espectadores bajamos la guardia y estamos más receptivos, lo que nos ayuda en muchas ocasiones a empatizar con los personajes y ver ciertas realidades sociales desde otra perspectiva", comenta Igartua, de ahí el interés en analizar, por un lado, la capacidad que el discurso audiovisual tiene como modelador de actitudes racistas y por otro, si dicho efecto alcanza mayor o menor impacto, en función de la estrategia narrativa seleccionada.


En casi todos los ámbitos de las Ciencias Sociales, incluidos los estudios sobre Comunicación, resulta complejo diseñar experimentos que nos permitan establecer causalidades. Son muchos los factores que afectan la percepción y el comportamiento de los individuos, por lo que es difícil aislar cada una de estas variables. "Establecer una metodología sólida que nos permitiese extractar conclusiones ha sido precisamente nuestro principal reto a la hora de demostrar que determinados formatos narrativos, en este caso cinematográficos, actúan sobre aspectos culturales, intangibles", comenta Juan José Igartua. Un esfuerzo que hace apenas un mes reconocía el jurado de la "XVI Edición del certamen Santo Padre Rubio S. J. para avances en el conocimiento de la Inmigración", otorgado por la Universidad Pontificia de Comillas.


Se trata además de un primer premio cargado de significado para los autores del estudio ya que tal y como destaca el profesor Igartua "cada vez resulta más complejo conseguir financiación pública para este tipo de proyectos, ya que a pesar de que su diseño y fundamentación científica recibe el visto bueno de los evaluadores, éstos acaban primando aquellas investigaciones cuyos resultados tendrán una aplicación más directa en el sistema productivo. En este sentido es muy de agradecer la política que en los últimos años ha mantenido la institución académica salmantina, financiando con sus propios recursos proyectos bien evaluados, pero que finalmente se han quedado fuera”.


Así, con el fin de analizar qué estrategias mediáticas, basadas en la persuasión narrativa, se mostraban más eficaces para reducir las actitudes negativas hacia la inmigración, teniendo en cuenta el nivel de previo de prejuicio hacia dicho colectivo fue necesario construir un universo de estudio. Una tarea en la que resultó crucial la colaboración de seis Institutos de Educación Secundaria de la capital salmantina que facilitaron el contacto con un total de 230 estudiantes de Bachillerato; pero también la implicación de Diego Cachón, Daniela Fiuza e Íñigo Guerrero, todos ellos estudiantes en formación dentro del Observatorio de Contenidos Audiovisuales de la USAL, que dedicaron tiempo y esfuerzo a los trabajos de campo.


Su tarea inicial se centró en determinar el nivel de prejuicio hacia los inmigrantes presente en cada uno los participantes. Para ello y con un mes de antelación a la proyección de los contenidos audiovisuales seleccionados se realizó una encuesta a los estudiantes que finalmente participarían en el estudio en la que parte de las preguntas se enfocaban en identificar su nivel de "racismo moderno". "Nos sorprendió comprobar que no se trata de una población tan abierta como en un principio imaginamos, ya que un 28% de los encuestados puntuó alto en la escala de racismo moderno", explica Francisco Javier Frutos.


Una vez caracterizados, los estudiantes que integraban la muestra fueron repartidos en tres grupos homogéneos, y mientras el primer grupo asistía a la proyección de la película Poniente, en la que se cuentan las duras condiciones, el rechazo y aislamiento en el que viven los inmigrantes que trabajan como jornaleros en el sur de España, el segundo grupo asistía a la proyección de la película El Próximo Oriente, un film de Fernando Colomo en el que se muestra una cara mucho más amable de las relaciones interraciales que se establecen en un Lavapiés cada vez más internacional. El tercer grupo no visualizó los contenidos y se mantuvo únicamente como grupo de control.

 

Diferencias de empatía


Tras el visionado de las películas cada uno de los grupos rellenó una nueva encuesta cuyos resultados, tal y como explica el profesor Igartua “mostraron que los espectadores que visionaron Poniente, esto es la historia en centrada en la denuncia de las injusticias a las que se ven sometidos los inmigrantes, establecieron mayor empatía con los personajes a la vez que mejoraban significativamente sus actitudes hacia este colectivo. Eso sí, esto sólo ocurría cuando los sujetos encuestados habían mostrado en la encuesta inicial niveles bajos o moderados de racismo. Por el contrario, quienes puntuaron alto en la escala apenas sufrieron modificaciones en sus actitudes.”


A pesar de la puntualización, los resultados no son nada desdeñables ya que el grupo de quienes presentaban actitudes racistas bajas o moderadas estaba integrado por un 72% de los individuos. “Quizás nuestros resultados no sean susceptibles de ser patentados, explica Frutos, pero sus implicaciones prácticas son muy relevantes ya que este tipo de estudios facilitan claves a los creadores de contenidos o a los educadores para diseñar estrategias a través de las que combatir uno de los males que afecta a una sociedad cada vez más globalizadas”.


Por su parte, desde el punto de vista científico, el valor del trabajo desarrollado por los investigadores de la Universidad de Salamanca alcanza relevancia internacional y ya han sido invitados a presentar sus avances en la conferencia internacional sobre Media Psychology que tendrá lugar en la ciudad Israelí de Haifa. Y es que según explica Igartua, “aunque existen experiencias previas en Colombia y Estados Unidos en las que se ha analizado la eficacia de la persuasión narrativa en el contexto de la Comunicación para la Salud, la metodología que nosotros hemos propuesto resulta innovadora en el ámbito de los estudios sobre inmigración”.

 

FOTO: Juan José Igartua y Francisco Javier Frutos en el Observatorio de Contenidos Audiovisuales de la USAL

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