Dos equipos de MSF fueron atacados por hombres armados en dos lugares diferentes de Kivu Sur, en la República Democrática del Congo. Dos trabajadores resultaron heridos de bala. La organización ha tenido que suspender sus clínicas móviles en la zona, lo que deja a miles de personas sin asistencia médica.
La organización está profundamente preocupada por la creciente situación de inseguridad en la provincia de Kivu Sur y condena la violencia ejercida contra su personal. Debido a la ausencia de garantías para poder seguir trabajando y a la falta de respeto por la acción humanitaria, MSF ha decidido suspender hasta nueva orden sus clínicas móviles en los alrededores de Uvira, Hauts Plateaux y Shabunda, pero de momento seguirá dando apoyo a los servicios de urgencias de los hospitales en esta provincia de la República Democrática del Congo.
La mañana del pasado domingo, 10 de abril, hombres armados y de uniforme asaltaron dos vehículos de MSF en la carretera de Marungu, cerca de la región de Hauts Plateaux. Los agresores dispararon al aire, desvalijaron a los conductores de los vehículos de MSF y se llevaron todo lo que transportaban. Por la tarde de ese mismo día, otro vehículo de MSF fue también atacado por hombres armados y de uniforme en la carretera entre Bukavu y Uvira, cerca de Kamanyola. Dos miembros del personal de MSF (un congoleño y un expatriado), resultaron heridos de bala. Los dos recibieron asistencia inmediata y de momento su estado de salud es estable.
“Ha sido muy difícil para nosotros tener que tomar la decisión de suspender las clínicas móviles, pues sabemos que esta medida tendrá un impacto negativo en la población de esta región, donde la gente apenas tiene acceso a la atención sanitaria. Sin unas mínimas garantías de seguridad y de respeto para los trabajadores humanitarios, no podemos seguir trabajando”, explica Jean-Marc Cordaro, director de operaciones de MSF.
MSF quiere expresar su más profunda preocupación por el deterioro de la situación de seguridad en la región. La organización condena públicamente todo acto de violencia contra el personal humanitario e insiste en que todas las partes enfrentadas deben respetar las estructuras de salud, los vehículos y el personal para que puedan seguir con sus actividades médicas.