Profesionales y amigos recordaron ayer en un acto de homenaje en el Paraninfo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) la personalidad “admirable e inconformista” de la escritora y pedagoga Josefina Aldecoa y subrayaron su contribución a la literatura y a la enseñanza “contracorriente”.
Estas fueron algunas de las palabras con las que se refirieron a la escritora leonesa el presidente del Grupo Santillana, Emiliano Martínez; las escritoras Carme Riera y Soledad Puértolas; el rector de la UIMP, Salvador Ordoñez, y la hija de la homenajeada, Susana Aldecoa. Fallecida el pasado mes de marzo en su casa de Mazcuerras, la autora de ‘Historia de una maestra’ consideraba su refugio literario en Cantabria como “su lugar en el mundo”.
Emiliano Martínez recalcó el mérito que tuvo la aportación de Aldecoa a la creación literaria y a la enseñanza en el mundo “estrecho, reducido, y sobre todo de hombres” que representaba la España de los años 50 y 60. En esos tiempos “difíciles para casi todo” el presidente del Grupo Santillana destacó la figura de Aldecoa como escritora “sostenida en el tiempo” que inició su carrera cuando “pocas mujeres” alcanzaban reconocimiento.
Junto a su faceta como escritora, Martínez hizo hincapié en la acción educadora de una persona que “creyó” en el proyecto del Colegio Estilo, un centro que impartía un tipo de educación “distinta y a contracorriente” de la formación oficial de la época y en el que trabajó como directora durante 40 años.
Además, Martínez recalcó la “visión ambiciosa” de una mujer que contribuyó a formar “ciudadanos libres, con capacidad de aprender, comprometidos con los valores y sensibles a la naturaleza”. En definitiva, dijo, Josefina Aldecoa conocía “la cocina” de la enseñanza, “dominaba” su trabajo y tenía una capacidad de “liderazgo, esfuerzo y compromiso” que puso “a disposición” de esa tarea.
Por su parte, las escritoras Carme Riera y Soledad Puértolas movieron el calidoscopio de los recuerdos para seleccionar aquellos que “mejor” pudieran definir la personalidad de Aldecoa. La primera se quedó con la “voz cálida de tono persuasivo” de una escritora que se expresaba “con seguridad” y que se esforzaba por crear “un mundo propio” en el que los referentes sensoriales cobraban “gran importancia”.
Puértolas no pudo obviar la huella que los libros de la escritora leonesa dejan en “las jóvenes”, en chicas que quieren ser “pájaro y árbol al mismo tiempo”, mujeres que “no resultan fáciles de clasificar” y que “no responden a prototipos”. Como educadora, Aldecoa “confiaba en la siembra, sentía fascinación por el proceso de crecimiento y en la capacidad de respuesta”, añadió Puértolas.
La pedagoga e hija de la homenajeada, Susana Aldecoa, recordó que su madre vivió toda la vida a caballo entre “su pasión por la educación y su devoción por la literatura” campos que, según dijo, se “entremezclaban y retroalimentaban constantemente”. Para su hija, el doctorado en Pedagogía y Psicología, su “espléndida” formación literaria y su “voracidad” como lectora ayudaron a Josefina Aldecoa a “comprender mejor la condición humana”.
“Los viajes, la ópera, el arte, el ballet y siempre los libros eran su ocio noble”, compartió la hija de Aldecoa, quien también destacó la fuerte vinculación de su madre con el pueblo cántabro de Mazcuerras al que, según dijo, consideraba “su lugar en el mundo”. Según su descendiente, la autora de ‘La enredadera’ vivía la educación como su “profesión elegida” y la escritura como “la parte más esencial de sí misma”.
Salvador Ordoñez apuntó que un homenaje a Josefina Aldecoa representa “un acto de justicia” hacia una mujer cuyo nombre dijo estar escrito “con letras de oro” en la historia de la Pedagogía y de la enseñanza en España. El rector terminó su intervención subrayando que la UIMP es “hija” de muchas de las ideas que inspiraron a la homenajeada y que “siguen generando hoy” ciudadanos “libres, cultos, sensibles y tolerantes”.