Disminuir progresivamente el trabajo infantil en las calles es el objetivo del Programa Abrazo, que es llevado adelante por el Gobierno dee Paraguay, a través de la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia. Este plan, que cuenta con la cooperación de Unicef Paraguay, protege y mejora las condiciones de vida de los niños y niñas de 0 a 14 años que viven con su familia y trabajan en las calles vendiendo, limpiando parabrisas o mendigando.
Este 2011 extendió su cobertura a niños y niñas que trabajan en las olerías de Tobatí y en el vertedero de Encarnación. El Programa Abrazo fue declarado uno de los Programas Emblemáticos del Gobierno Nacional, con un presupuesto con Fondos del Tesoro Nacional y una donación de Itaipú, aprobados por el Parlamento.
Eso quiere decir que una familia que ingresa a Abrazo, a través de su hijo o hija, pasa a ser promocionada con otros Programas de diferentes Ministerios y secretarías para mejorar integralmente su calidad de vida, refiere este informe proveído a la Dirección General de Información Presidencial.
“Hace 3 años iniciábamos este camino de lucha por los derechos de la infancia y la adolescencia desde el Estado, lo que nos permitió crear políticas públicas que apuntan a convertirse en Políticas de Estado”, expresó la Liz Torres, titular de la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia.
Añadió que a este tiempo, la secretaría a su cargo, ha diseñado e instalado políticas, planes y programas, teniendo como punto de partida las prioridades expresadas por los niños, niñas y adolescentes.
“Recorrimos el país para estar cada vez más cerca y construir con las comunidades las acciones que respondan a sus necesidades, a sus intereses y a sus sueños. Todavía nos falta muchísimo por avanzar, pero juntos podremos hacer, paso a paso, ese Paraguay de oportunidades para todas y todos”, enfatizó la secretaría de Estado.
Los avances:
Su cobertura actual: 26 centros, 3220 niños y niñas protegidos (0-14 años), 2099 familias atendidas, 18 distritos cubiertos, 1093 familias reciben bonos solidarios, 5239 niños y niñas, que integran las familias del Programa, son protegidos en sus comunidades sin necesidad del Centro Abierto.