- Medio Ambiente lamenta la interpretación errónea de la Coordinadora Ecologista de Asturias, que parece buscar el sensacionalismo y la alarma social
1. Los niveles de benceno en Avilés en 2014 no alcanzaron ni la mitad del límite permitido por la legislación, según puede contrastarse con los datos recogidos en las estaciones de calidad del aire situadas en el concejo.
En Avilés hay dos estaciones que miden benceno en continuo: una de la red oficial en Llaranes y otra de la empresa Arcelor, que mide esta sustancia en cumplimiento de su autorización ambiental integrada, ambas situadas en las proximidades las baterías de coque, principal emisor de este contaminante. En las dos estaciones se han cumplido sobradamente los niveles que marca la normativa situada en 5 mg de media anual. La estación de Llaranes registró 2,2 microgramos de media anual en 2014, menos de la mitad del límite legal. La estación de Arcelor Centro de Desarrollo registró 1,5 microgramos, el 30% del valor límite total para la protección de la salud.
2. Es falso y tendencioso decir que se incumple un límite diario que no existe, o afirmar que se incumple la normativa por superar algunos días el valor medio anual puesto que, precisamente, al establecerse el límite en la media anual, la normativa prevé que puedan existir superaciones horarias o diarias de ese límite, siempre que se compensen con periodos con menores concentraciones.
El benceno es un contaminante que, de acuerdo con el Real Decreto 102/2011, relativo a la mejora de la calidad del aire, tiene establecido un límite de 5 microgramos por metro cúbico de aire como concentración media anual. Se mide por media anual, puesto que sus efectos se reflejan por exposiciones prolongadas y no puntuales o diarias, para las que la normativa no establece ningún valor límite.
3. El cumplimiento holgado de la normativa en Avilés no pierde ningún valor por el hecho de que los niveles registrados superen a los de otras localidades asturianas con menor actividad industrial productora de este contaminante.
Medio Ambiente lamenta, por tanto, la interpretación errónea de los datos que hace la Coordinadora Ecologista de Asturias, que parece buscar el sensacionalismo y la alarma social.
