Nace «Spark», un proyecto público-privado para desarrollar un fármaco que combata los déficits cognitivos de la esquizofrenia
- Actualmente no existe ningún fármaco que se dirija a los déficits cognitivos asociados a la esquizofrenia, la tercera enfermedad más incapacitante –incluso por encima de la paraplejia y la ceguera– según la OMS y que afecta a unos 24 millones de personas en todo el mundo. Se trata también de la quinta patología con un mayor coste anual para la sociedad, y que en la Unión Europea supera los 35.000 millones de euros
Barcelona, 27 de enero de 2015. Un consorcio público-privado liderado por la biotecnológica Iproteos –con sede en el Parc Científic de Barcelona (PCB)–, y en el que también participan la biofarmacéutica Ascil-Biopharm, el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), el Centro de Regulación Genómica (CRG) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha puesto en marcha un proyecto para avanzar en el desarrollo de un nuevo fármaco neuroprotector para el tratamiento de los déficits cognitivos asociados a la esquizofrenia y otros trastornos mentales. El proyecto, denominado «Spark», acaba de recibir una ayuda de 500.000 euros del Ministerio de Economía y Competitividad, a través de la convocatoria Retos-Colaboración 2014 del ‘Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad’ (Exp. RTC-2014-1645-1).
El candidato a fármaco es el IPR019 que pertenece a una familia de compuestos de los llamados de ‘tercera generación’ desarrollados y patentados por Iproteos. Su actividad terapéutica está basada en el bloqueo de una proteína ubicada en el cerebro y relacionada con el déficit cognitivo. “Nuestro fármaco actúa mediante un nuevo mecanismo de acción no explorado hasta el momento en el tratamiento de la esquizofrenia; es así un first-in-class”, describe la científica Teresa Tarragó, CEO de Iproteos e investigadora del IRB Barcelona.
El IPR019 es un derivado de péptido (proteína pequeña) capaz de atravesar la barrera hematoencefálica –un muro protector del cerebro, infranqueable para la gran mayoría de fármacos que existen en el mercado– que ya ha mostrado su eficacia como potenciador cognitivo en ensayos in vivo. Los científicos han conseguido una mejora notable de las capacidades del aprendizaje y memoria lo que hacen de él un tratamiento revolucionario para aquellas enfermedades del sistema nervioso central en las que las capacidades cognitivas se ven gravemente alteradas.
La biotecnológica Iproteos, coordinadora del proyecto, evaluará el metabolismo y toxicidad de los compuestos candidatos y su actividad una vez administrados por vía oral y subcutánea en modelos animales. El Laboratorio de Péptidos y Proteínas del IRB Barcelona –liderado por Ernest Giralt y en el que Teresa Tarragó trabaja como investigadora asociada– estará a cargo de la síntesis de los compuestos. La Unidad de Proteómica del CRG-UPF –liderada por Eduard Sabidó– realizará estudios de proteómica para evaluar los cambios causados en las células después del tratamiento con los compuestos. Ascil Biopharm –liderada por Roland Chérif-Cheikh– se encargará de la investigación y desarrollo farmacéutico de las formas farmacéuticas orales e inyectables Finalmente, el Grupo de Neuropsicofarmacología de la UPV/EHU –liderado por Javier Meana– será el responsable de la ratificación de la actividad de las formulaciones mediante estudios in vivo en modelos animales de esquizofrenia.
El resultado final esperado será la obtención de una formulación y vía de administración óptimas para el uso del compuesto como fármaco en pacientes. Esto permitirá llevar a cabo los ensayos preclínicos regulatorios y a continuación la primera administración del candidato en humanos en 2016 para una futura aplicación en centros de salud.
La esquizofrenia es la tercera enfermedad más incapacitante –por encima incluso de la paraplejia y la ceguera– en el índice DALYS (Disability-Adjusted Life Years) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se estima que afecta a unos 24 millones de personas en todo el mundo, y es la quinta enfermedad más costosa para la sociedad, en términos de atención requerida y pérdida de productividad (hasta un 90% de los pacientes se encuentran en situación de desempleo), con un coste anual en la Unión Europea que supera los 35 mil millones de euros.
“El tratamiento desarrollado por Iproteos supondrá un importante avance para la gestión de esta enfermedad. En la actualidad no existen fármacos capaces de corregir los déficits cognitivos en enfermos de esquizofrenia, por lo tanto una terapia efectiva tendrá una gran repercusión en la calidad de vida de los pacientes. Dada su eficacia y carácter innovador existen ya multinacionales farmacéuticas que están interesadas en seguir la evolución del proyecto”–afirma Teresa Tarragó.
Ilustración: Iproteos