Por José Sandoval.-“A mí me encanta jugar al poker online de vez en cuando; me recuerda a mis tiempos de estudiante universitario, cuando me sacaba de más de un apuro…” Así comentaba recientemente un prestigioso profesional sus excursiones por alguna prestigiosa web de juego on line para “matar el rato” con el que sigue siendo su juego de carta y postura favorito. Es como tener “un casino en casa, o en el bolsillo, sin tener que vestirte elegantemente ni disponer grandes fortunas”, afirmaba otro de los practicantes de esta modalidad de ocio consultados a la hora de preparar este reportaje.
Los datos confirman que éste es un sector que se encuentra en auge, en particular en lo relativo al juego online. A finales de diciembre había registrados 1,01 millones de jugadores. En términos de cantidades jugadas, el juego online representó en el 4º trimestre de 2012 un total de 1.359 millones de euros, un 24% más respecto al trimestre anterior. A nivel comunitario, el juego online presenta un índice de crecimiento anual del 15%. Según estimaciones de la Comisión Europea, la previsión de ingresos anuales por juego online alcanzará los 13.000 millones de euros en 2015.
Y, ¿qué tan responsable es la gente? En su mayoría mucho, dado que para los aficionados a esta modalidad del juego al encontrarse en un medio cotidiano de transporte, descanso, paseo o relax se controla “mucho mejor la pulsión frente al riesgo o al reto, y las más de las veces uno no pasa de la cantidad que decidió apostar previamente, del límite que habitualmente se ponga”.
En todo caso, el sector es el primer interesado en fomentar un juego responsable, y participa decididamente en el Consejo Asesor del Juego Responsable, formado por representantes de la industria del juego, de las asociaciones de afectados por la adicción al juego y por expertos en la materia, que contribuyen con sus propuestas a la protección de los usuarios, especialmente de los menores de edad y de grupos vulnerables como los afectados por ludopatías y otros trastornos adictivos.
Con esas salvaguardas, personas con muy distintas ocupaciones, culturas y circunstancias, disfrutan “como un verdadero potentado, un jeque, aunque estés apostando 10, 50 ó 100 euros, convirtiendo el ordenador o el dispositivo móvil en un majestuoso casino. Luego, de vuelta a lo que estabas haciendo, con un punto de emoción y, con suerte, con unos euros más”.
FOTO: «Royal straight flush» de Tage Olsin - CC BY-SA 2.0 vía Wikimedia Commons
