La Coordinadora Ecoloxista ha presentado un recurso de reposición por la modificación sustancial de la autorización ambiental integrada de la cementera de Aboño ubicada en el concejo de Carreño que el Gobierno de Asturias realizó sin el preceptivo trámite de información pública, sin permitir a grupos como la Coordinadora el poder participar en esta revisión hecha una vez más de espaldas a todos los asturianos.
Hay que recordar que en la Coordinadora llevamos tiempo denunciando los graves problemas ambientales que genera la instalación y que afecta de forma notable a los vecinos más cercanos por las emisiones del aire y el ruido que genera. No podemos olvidar que la planta está ubicada en Carreño, que es el municipio de más concentración de instalaciones industriales contaminantes de Asturias. Esta factoría está al lado de los vecinos de Aboño, Empalme, Xivares y no lejos de los de Perlora, Candás, Gijón.
Hay que recordar las cantidades que la empresa reconoce enviar a la atmósfera de los siguientes contaminantes de acuerdo al registro de emisiones y fuentes contaminantes (EPER):
- 561.000 toneladas de Dióxido de Carbono como CO2
- 440 toneladas de Dióxido de Azufre como SO2
- 1.090 toneladas de Óxidos de Nitrógeno como NOx/NO2
- 56 toneladas de Partículas como PM10
- 16 toneladas de amoniaco
- 1 tonelada de benceno
- En menor medida los peligrosos metales pesados y sustancias relacionadas (mercurio, ftalato, cianuro, etc.) que, en vista de los materiales que se prevé usar, van a aumentar significativamente.
"Nos preocupan también las emisiones difusas del proceso, que son numerosas al encontrarse muy cerca la cantera de Perlora, de donde se abastece la factoría y que genera un tráfico continuo. Los vecinos de los alrededores vienen quejándose de los problemas de estas emisiones en sus viviendas", afirman. "Volvemos a reiterar nuestra oposición al uso de algunos residuos como combustible, como en el caso de los neumáticos. No lo podemos aceptar por la contaminación que se genera en ese proceso y que toda ella se va a quedar en el proceso del clínker". Recordando que Asturias produce al año unas 6.000 toneladas de neumáticos usados, se les ha autorizado a quemar un máximo de un 1/3 de los neumáticos, o sea, 2.000 toneladas/año. Con el nuevo Plan de Residuos se les quiere permitir quemar otras 50.000 toneladas de residuos más.
Hay que recordar que la combustión de los neumáticos genera productos contaminantes, algunos muy perjudiciales para la salud humana: Xileno, Hollín, Benceno, Fenoles, Óxidos de plomo, Tolueno. Se generarán unas emisiones significativas (desde la perspectiva de salud y medioambiental) de PAH (hidrocarburos aromáticos policíclicos) y de Benceno, con demostrados efectos cancerígenos ambos, que también son probables alteradores endocrinos. Son elementos muy volátiles por lo que escapan con facilidad a las técnicas de filtrado de gases. Dado que pueden ocasionar pérdida de salud también a bajas dosis, así como su presencia ubicua en alimentos y suelos, representan un serio problema de salud pública.
Un segundo grupo de contaminantes emitidos se centra en las micropartículas y los óxidos de plomo y de zinc. Si bien estos metales son elementos poco volátiles, con la presencia de cloro en el horno se pueden generar cloruros de plomo y de zinc, sustancias estas más volátiles y por tanto con una presencia significativa en las emisiones. Además para el caso del plomo se acepta como demostrada su acción como disruptor endocrino por lo que, dada su extrema ubicuidad en el medio, habríamos de partir de que no existen límites seguros. Respecto del zinc, además de su afectación a la salud, su mayor riesgo en procesos de combustión con presencia de cloro es que actúa como catalizador en la generación de dioxinas.
No podemos aceptar que una planta de producción de cemento que ya tiene graves problemas ambientales en su proceso pretenda quemar cada vez más residuos industriales con los riesgos que suponen para los colindantes estos materiales y sus tratamientos, todo para abaratar costes a cuenta de la salud de los colindantes, todo para ganar más de lo que ya lo hacen.
Hay que, antes que modificar la autorización, cumplir con la legislación en el actual complejo, para no seguir afectando al entorno ambiental de la manera que se está haciendo, por lo que no es de recibo modificar la autorización ambiental sin transparencia como ha hecho el Principado en la zona más contaminada de España como es la zona central asturiana, que supera todos los días del año el umbral de protección para la salud.