El Consejo del Lobo ha dado el pasado lunes el visto bueno al nuevo plan de gestión de la especie en Asturias, una vez que el texto ya había sido debatido en la Junta General del Principado. El documento ha sido remitido ahora al Consejo Consultivo, como trámite preceptivo antes de su aprobación definitiva por parte del Consejo de Gobierno.

    Según un comunicado de prensa de los colectivos conservacionistas, todos los indicadores, ya sean sociales (número de explotaciones afectadas, de ganado y de ganaderos afectados), como económicos (efecto en la renta, tanto de los ganaderos afectados, como sobre el sector en su conjunto) señalan que los daños de la fauna salvaje y de los lobos en particular no afectan a la viabilidad del sector ganadero en Asturias. Además, han asegurado que "el sector está fuertemente subsidiado con fondos públicos" por lo que han cosndierado que "no se puede aseverar que un factor (el lobo) que afecta a menos del 1% de la cabaña y a apenas al 5% de las explotaciones sea un problema para el desarrollo de las explotaciones agrarias".

   Alberto Fernández Gil, vocal por las entidades conservacionistas en el Comité Consultivo del Lobo, ha explicado que las dos herramientas en las que se basa la ejecución del Plan, el pago de daños y  los controles de población, son "deficientes" y suponen un "incremento de la conflictividad que se pretenden solventar".

    Para los conservacionistas, el sistema de pago de los daños se presta a "conductas poco responsables en el manejo del ganado extensivo y, en ocasiones, a la estafa y al fraude, como lo demuestran las actuales investigaciones en trámites judiciales".  Además, aseguran que los daños reclamados por los ganaderos están "sobredimensionados".

   Por otro lado, han calificado de inaceptables los controles poblacionales que pueden conducir a mayores tasas de predación a ganado, y por tanto a generar o incrementar aquellos problemas que se pretenden solventar. Esto parece desprenderse de diferentes estudios realizados en nuestra región y también en otras poblaciones de lobos del mundo, explican desde el colectivo.

   Por último, han rechazado también que el nuevo Plan permita que los cazadores participen en los controles ya que consideran que al no haber sido declarado el lobo como especie cinegética, no existe acción de cazar. "Los cazadores, en el transcurso de actividad cinegética, sólo están habilitados para ejercer acciones de caza, pero no otras, para las que no tienen capacidades ni técnicas ni jurídicas" han añadido. Así han considerado que la pretensión del actual plan de que los cazadores ejerzan controles de población en  las Reservas de Caza esté fuera de lugar desde un punto de vista técnico y jurídico.