La Coordinadora Ecoloxista d’Asturies ha solicitado al Ayuntamiento Colunga el desmantelamiento inmediato de una antena de telefonía que lleva puesta varios años sin licencia municipal y sin el trámite ambiental perceptivo en el medio de la localidad de Pumaralbín, Pernús concejo de Colunga
Que de las consultas efectuadas ante el ayuntamiento, se puede presumir que las mismas no están amparadas por la preceptiva licencia urbanística y carecen de autorización ambiental perceptiva, lo que demuestra el incumplimiento constante de las operadoras de telefonía móvil de los principios legales. La instalación de una antena de telefonía móvil por los riesgos que supone, conlleva una tramitación administrativa que se han saltado, con la indefensión que supone para los colindantes, que se enteran cuando ya esta puesta.
Hemos pedido que por la Alcaldía, a la vez que se ordena la apertura de expediente sancionador por presunta infracción urbanística, con imposición, de las sanciones previstas en el art. 250 del ROTU, se proceda a precintarla y solicitar su desmantelamiento.
Advertimos al Ayuntamiento que no se puede querer legalizar una antena después de puesta, sin que pase nada a quienes cometen estas irregularidades, tanto la operadora como el propietario de la finca donde va instalada la antena.
La instalación de esta antena supone una intromisión injustificada en la vida privada y un peligro potencial para la salud de las familias colindantes que no tienen obligación de soportar una nueva antena, donde además del impacto paisajístico, hay otros problemas asociados tales como:
a) Daño físico. Derivado de las posibles enfermedades y trastornos físicos que puedan causar las ondas electromagnéticas que de forma continuada reciban los residentes del inmueble y vecinos colindantes.
b) Daño moral y psíquico. Precisamente porque no existe actualmente certeza científica, la incertidumbre y el daño moral que se puede producir a determinadas personas, al obligarlas a vivir cerca de esta posible fuente de riesgo, es algo contrastable y reconocido ya por los tribunales españoles, que han reconocido en sentencias que “quien se lucra y obtiene un beneficio por una determinada instalación o actividad que tenga riesgos usuales y reglamentariamente previstos, ha de soportar las consecuencias de los daños y perjuicios que sean susceptibles de generarse, incluso en el caso de un uso correcto del servicio”.
c) Daño patrimonial. Al devaluarse el valor de las viviendas del edificio en el que se ubica esta instalación, y de los edificios colindantes, pues cada vez aparecen más noticias en prensa, radio y televisión, y se empieza a percibir un peligro en las cercanías de estas instalaciones. Este tipo de noticias, tengan o no fundamento científico, tienen un claro efecto sobre el valor de la propiedad inmobiliaria.
Los estudios e informes independientes concluyen, sin excepción, que hay efectos nocivos muy graves para la salud. Algunos ejemplos son: Resoluciones de Salzburgo (2000), Informe Parlamento Europeo (2002), Estudio Reflex (2004), Llamamiento de Bruselas (2007), Estudio Bioinitiative (2007 en adelante), OMS (2011), Resolución 1815 del Parlamento Europeo (2011),,., y así un largo etcétera. Sus principales conclusiones son que los niveles de exposición “legales” aplicados en muchos países (incluido el nuestro), son miles de veces superiores a lo que la salud podría soportar.
Los estudios más reciente vinculan estas instalaciones a problemas graves de salud en función de la distancia a las antenas. A la luz de la literatura científica, es cada día más manifiesta la aparición de patologías asociadas a la exposición prolongada a radiación por microondas de baja intensidad emitidas por antenas (dolores de cabeza intensos y prolongados, molestias permanentes y lesiones en los ojos, insomnio, fallos de memoria, estrés, nerviosismo, dificultad de concentración y el sistema endocrino, efectos sobre el crecimiento, percepción auditiva...). Es por lo que antes de autorizar una nueva instalación es preciso evaluar las distancias de seguridad a los colindantes.
Los Ayuntamientos asturianos son un verdadero coladero para la instalación de antenas, donde ya hay muchísimas dispersas sin guardar distancias de seguridad a los colindantes, ni disminuir el impacto paisajístico de esta proliferación de antenas.