La última comparecencia de quienes ahora dirigen la iniciativa “Imagina un bulevar” deja claro en el terreno que juegan, y no sólo por la presencia directa del nuevo secretario general de Podemos, sino, sobre todo, por sus ataques contra el Partido Popular y su negativa a que este proceso de participación iniciado se resuelva de la única forma que puede ser resuelto: dejando que los ovetenses decidan la que consideren mejor solución para estos accesos.
“Imagina un bulevar” se ha convertido en un elemento más de un partido político y quiere utilizar el sentir de unos vecinos como un instrumento de confrontación política de cara a las elecciones de mayo. Por eso no quieren que este proceso se concluya antes de mayo. Es mi opinión, pero no sólo mía como quedó claramente expuesto en la última reunión que mantuvimos y en la que estaba presente también un concejal de IU. En esa reunión mostraron las cartas de la casta a la que defienden: mientras intentábamos negociar con ellos los Pliegos finales y un calendario, emitían un comunicado rompiendo cualquier posible colaboración, pero sin tener el valor de exponerlo en esa reunión. Son las nuevas formas de entender la política que propugnan.
En este proceso los portavoces de “Imagina un bulevar” no han actuado con lealtad en ningún momento. Desde el principio se les dijo que había unas líneas rojas que si se traspasaban impedirían que el Ayuntamiento llevara a acabo este proceso de participación. Líneas rojas como, por ejemplo, plantear quitar o rebajar muy ampliamente los 25.000 coches que pasan por este acceso al día. ¿Por qué línea roja?, porque si se tomaba esa medida sería tanto como enviar esos coches a los vecinos de Muñoz Degrain o de la Plaza de Castilla, lo que sería trasladar el problema no resolverlo. Los interlocutores de Imagina un bulevar en aquél momento – y destaco esto porque lo que ha parecido en todo este proceso es que siempre había en la trastienda de Imagina un Bulevar alguien que reanalizaba y cambiaba las decisiones expresadas por sus compañeros en las negociaciones- no sólo no se opusieron, sino que aceptaron que un técnico municipal expusiera esas líneas rojas al comienzo de las jornadas participativas.
El verdadero problema se dio en las conclusiones de las jornadas participativas, que algunos miembros de Imagina un bulevar pensaron que sería un escenario privado de ellos y, al final, recibieron aportaciones de más personas. En las jornadas participaron 120 personas, pero las votaciones finales de las propuestas fueron realizadas por entre 60 y 80. Creo que tener muy presente el número es importante para valorar si es necesario o no que se someta al criterio de todos los ovetenses todas las opciones planteadas sobre la mesa en esas jornadas o sólo la que decidieron una parte de esas 60-80 personas.
El problema, como digo, fue que en esas jornadas hubo personas que defendieron otras opciones que el bulevar que plantea Imagina un bulevar: losas, soluciones mixtas, pasarelas… Que este fue el problema lo dejó claro Imagina un Bulevar en el comunicado de ruptura que emitió mientras entretenía a los representantes municipales en una reunión que supuestamente trataba de salvar el proceso. En esa nota denuncian “la sospechosa irrupción a última hora de un numeroso grupo que defendía unánimemente el soterramiento de la autopista”. ¿Sospechosa irrupción? Pero, ¿no eran unas jornadas abiertas a todos los ovetenses para que expresaran libremente sus ideas y sus opiniones? Es otro rasgo de la nueva casta política: lo que no está de acuerdo con sus intereses es “sospechoso”; y la única participación que sirve es la que dice lo que ellos quieren decir.
Esta ciudad no puede tolerar que se bloque un proceso de participación como el que ha abierto no Imagina un Bulevar sino el Ayuntamiento. Imagina un Bulevar ha colaborado en el desarrollo de los talleres y jornadas realizados, pero lo ha hecho defendiendo únicamente su propuesta, el bulevar, mientras que el Ayuntamiento desde el principio dejó claro que a los ovetenses habría que plantearles todas las opciones que surgieran en las jornadas participativas para que decidieran libre y ampliamente sobre qué solución les parecía mejor.
Hay una cuestión que me llama mucho la atención: ¿Por qué estos señores que ahora han tomado el mando en Imagina un bulevar le tienen tanto miedo a que los ovetenses puedan elegir entre un bulevar, una losa, una pasarela o soluciones intermedias? Si tanto consideran que representan la opinión mayoritaria de los ciudadanos, lo lógico es que aceptaran de buen grado que se expresara y que, como mucho, aspirarán a vigilar que todo el proceso se realizara con transparencia y claridad, que fue lo que les ofreció el Ayuntamiento y ellos han rechazado.
Si a todo lo expuesto añadimos que los talleres participativos los organizó, desarrolló y redactó las conclusiones una de las empresas propuesta por Imagina un Bulevar, que esas conclusiones van a ser la parte fundamental del pliego de Condiciones del concurso de ideas que vamos a convocar y que mediante ese concurso vamos a someter a la opinión directa de todos los ovetenses las propuestas que se ajusten a esas conclusiones de las jornadas participativas, creo que poco más se puede añadir para dejar a cada cuál en el lugar que le corresponde.
El Ayuntamiento va a seguir adelante con este proceso de participación que ha puesto en marcha. Y no vamos a entrar en más polémicas o debates con las personas que ahora han tomado el mando abiertamente en Imagina un bulevar, porque ya no es un movimiento ciudadano sino político. Y los debates políticos se realizan en otros escenarios y sin esconderse.