Madrid, (Andes).- La monarquía española despide el año agitada por la acusación de cooperación en delitos fiscales a la infanta Cristina, cuya renuncia a los derechos dinásticos se perfila como opción para evitar mayores daños a la Corona.
La decisión de la duquesa de Palma adquiere carácter de urgencia debido a que su hermano, el rey Felipe VI, deberá presentar su primer mensaje de Navidad al pueblo español en el cual será inevitable abordar el asunto, según un artículo publicado en la agencia de noticias Prensa Latina.
Ayer un juez de la audiencia de Palma confirmó la inculpación a la infanta por ser partícipe a título lucrativo en delitos fiscales de su esposo, Iñaki Urdangarin, quien encabezó una trama para obtener irregularmente más de seis millones de euros de dinero público.
Frente a denuncias de presiones de instituciones del Estado para liberar del juicio a la duquesa de Palma por su condición de sangre, el juez José Castro la colocó en una lista de 17 involucrados en un caso de corrupción que afecta hace varios años la imagen de la monarquía.
Si para los opositores a la monarquía se trató de un acto valiente del juez, los defensores de la Casa Real pasaron de la defensa de la infanta a reclamar ahora su renuncia a la línea de sucesión dinástica, en la cual ocupa la sexta posición.
El monárquico diario ABC reconoció que con cada nuevo paso del proceso "que tanto daño ha ocasionado a la Corona, se suman nuevas voces a favor de que Doña Cristina renuncie y deje de lastrar el recién estrenado Reinado de su hermano".
Ya la Casa del Rey había apartado a la infanta y su esposo de las actividades oficiales y se afirma en medios locales que se sugirió en varias ocasiones a Cristina que se divorciara o renunciara a los derechos dinásticos, para intentar reducir el daño.
La hija de Juan Carlos I y hermana de Felipe VI se negó a aceptar las dos variantes para llegar a un punto en que, acusada ella misma, ya la separación de Urdangarin deja de ser una opción y queda expuesta solo a la de la renuncia a sus derechos sucesorios.
Es más, crecen las voces de quienes demandan que tome la decisión -correspondiente a ella según la Constitución- antes del mensaje de Navidad que debe hacer Felipe VI, quien se manifiesta por una lucha sin excepciones contra la corrupción.
De no hacerlo, el Rey estaría obligado a dar una explicación embarazosa sobre el caso, que pone en dudas la ejemplaridad de la familia real y provocó -entre otra causas- una caída histórica de la popularidad de la monarquía española.
En espera del Rey
Los españoles están esperando escuchar de boca del Rey una declaración firme sobre la necesaria regeneración democrática, incluida una explicación sobre la acusación a su hermana, afirmó el diario El País en un editorial.
Según la misma fuente el monarca, a quien define como un hombre de principios, tiene que enviar un mensaje claro: que los principios deben aplicarse también a su hermana, aunque ya no pertenezca a la familia real.
Varias fuentes aseguran que Cristina se negó a renunciar a la sucesión dinástica por considerar su entorno que sería un reconocimiento de culpabilidad, más allá del daño posible para la institución monárquica muy cuestionada en los últimos años.
Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida, una de las organizaciones que reclaman la República, afirmó que si finalmente Cristina tiene responsabilidad, debe pagar las consecuencias como cualquier hijo de vecino.
La renuncia de Cristina a la línea de sucesión amortiguaría el golpe, en opinión de algunos expertos, aunque para otros en términos generales puede afirmarse que el daño ya está hecho.
De momento la separación oficial de la infanta facilitaría el discurso de Navidad de su hermano, quien asumió el trono este año tras la abdicación de su padre en medio de cuestionamientos a la Corona afectada por varios escándalos, entre ellos el de Cristina y Urdangarin.
(Por Miguel Lozano, Corresponsal de Prensa Latina en Madrid)
fuente. http://www.andes.info.ec/es/noticias/monarquia-espanola-agitada-fines-2014-tras-acusacion-infanta-cristina.html