El juez Castro sentará en el banquillo de los acusados a la Infanta Cristina. Como cooperante necesaria para que su marido, Iñaki Urdangarín, cometiera los delitos fiscales de los que se le acusa la Infanta debe pagar además 2,6 millones de euros en responsabilidades civiles.
En el acto de apertura de juicio oral, el juez no ha aplicado la doctrina Botín, que impide juzgar a alguien si únicamente lo pide la acusación particular, en este caso el sindicato Manos Limpias.