Una empresa asturiana participa en un consorcio internacional para poner en el mercado un nuevo aislante de fachadas
El producto, que usa la NASA en tecnología aeroespacial, será mejorado para abaratar su coste y ponerlo a la venta en unos dos años
La empresa asturiana García Rama participa en un consorcio internacional para sacar al mercado, en un plazo de unos dos años, un nuevo aislante de fachadas que al ser menos espeso que los actuales evita pérdidas de luz en el interior de las viviendas y mejora el rendimiento. En el proyecto, denominado 'Iceclay', participan empresas de España, Bélgica, Portugal, Eslovenia y Reino Unido y cuenta con 1,2 millones de euros de presupuestos.
El nuevo producto, que aún está en fase de desarrollo, ha sido presentado este miércoles en Gijón antes de una reunión de los integrantes del proyecto en la sede de CAC-Asprocon. La presentación ha corrido a cargo del director y la vicepresidenta de CAC-Asprocon, Daniel García-Balbín y Susana García Rama, respectivamente, y del concejal de Desarrollo Económico y Empleo del Ayuntamiento de Gijón, Fernando Couto (Foro).
García Rama, por su parte, ha explicado que el uso de aerogel vendrá a solucionar los problemas que dan otros productos de aislamiento, que obligan a aumentar el espesor de las fachadas, con lo que las ventanas quedan retranqueadas y se pierde luminosidad. Algo que no pasaría con este producto, que está siendo modificado para su uso y que probablemente vaya fijado y no pegado como los que hay ahora.
La investigación se centra, según ella, en utilizar este producto, que tiene menor espesor, pero a un coste más barato que lo que supone ahora su uso. Actualmente su alto coste hace que se use poco, aunque ha puesto de ejemplo que lo utiliza la NASA en tecnología aeroespacial.
Aún así, ha indicado que cuando salga al mercado será algo más caro que otros actuales, pero ha incidido en que sus ventajas serán mayores. Según ella, además de ser menos espeso, es también "muy ligero y resistente" y tiene una "alta capacidad aislante".
El proyecto, asimismo, se engloba dentro de las ayudas de la Unión Europea denominadas del Séptimo Marco, en una línea específica de investigación para pymes. De esta forma, de los 1.220.937,35 euros de presupuesto, el 78 por ciento corresponde a ayudas europeas y el 22 por ciento restante lo abonan las empresas participantes.
La investigación tiene un plazo de 24 meses de ejecución -ahora está en el 18--, aunque se ha pedido una ampliación para su culminación. De hecho, ahora está mejorándose el producto en cuestiones como pueda ser su impermeabilidad al agua. Una vez mejorado, habrá que complementar el proyecto con el acople de este producto al resto de materiales necesarios para el aislamiento, como pueda ser los de fijación.
APUESTA POR LA INVESTIGACIÓN
García-Balbín, por su lado, ha destacado que este proyecto es una muestra de que el sector está "vivo" y de que es preciso hacer cosas nuevas. "Lo de siempre no da para mantener el sector", ha asegurado, para apostar después por la internacionalización y la I+D+i.
Por su parte, Couto ha resaltado que las empresas del sector traten de buscar nuevas iniciativas desde hace años. Asimismo, ha incidido en que la Construcción es "estratégico" y ha abogado por que tenga un peso "muy importante" en Gijón.
Para él, el hecho de que participe una empresa asturiana en un proyecto internacional como este y que cuente con respaldo de la UE es prueba de que en la región hay personas con talento y con ganas de trabajar, que se rebelaron contra una situación que les golpeó de forma importante. García Rama es la única asturiana del proyecto, en el que también está otra española, Ecoterra Desarrollo Sostenible, de Murcia.