Guadalajara.Mex.-La Federación de Estudiantes de la Universidad de Guadalajara galardonó al Presidente Mujica con el premio Corazón de León. En un clima de aclamación y ante una audiencia de centenares de estudiantes, Mujica resaltó el valor del republicanismo el cual debe velar por las decisiones de las mayorías. Enfatizó que la política no es una profesión, sino una devoción por la sociedad y su gente.
Sobre las 17:00 horas del sábado, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Guadalajara homenajeó al Presidente de la República, José Mujica, quien fue galardonado con el premio Corazón de León en el auditorio Salvador Allende del centro universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
El Presidente resaltó que el homenaje, con aplausos y aclamaciones de más de 1.400 estudiantes, que consideró no eran para él, sino que eran la expresión de una necesidad de esperanza, de creer en algo por lo cual vivir. “Hay que creer en algo, cuando muchas cosas se nos derrumban, cuando muchas cosas se tambalean. Y me agarran hoy a mí como pretexto para el culto de esa esperanza que ustedes necesitan para vivir. (…) Y el hombre moderno, por muy moderno que sea no puede escapar a lo que es y sé que ustedes pasan un mal momento, la sociedad”, expresó y puntualizó que de las 50 ciudades más peligrosas del mundo, 41 están en América Latina.
Sostuvo que tampoco es casual que América Latina sea el continente con mayor injusticia donde la desigualdad extrema es una de las características de sus sociedades. “No tenemos que impactarnos, las consecuencias que tiene esa larga y honda desigualdad que nos afecta y que es negadora de la democracia, es concentradora de poder, es concentradora de riqueza, pero tiende a crear la trampa social de la desigualdad”, enfatizó.
Inversiones, oportunidades y trabajo
Mujica agregó que esa trampa social se observa en la inmensa mayoría de la gente que vive en ranchos sumidos de pobreza, en familias desintegradas por la falta de oportunidades, con dificultades para comer, mientras que la riqueza se multiplica y se concentra. En tal sentido, explicitó “y naturalmente le hacen la burla a la democracia, porque semejante concentración de economía es a la larga una concentración de poder y es una de las mayores enfermedades de nuestro tiempo”.
Afirmó que como gobernante debe darle oportunidad a la inversión, porque sin inversión no hay trabajo, lo que implica, a su vez, dar condiciones especiales al capital del exterior, oportunidad que aprovechan también para seguir acumulando. “Y lo tengo que hacer a conciencia porque tengo que ver los miles que están sin trabajo y no debo de cometer el error del ´perro del hortelano` que por no dejar comer tampoco genera comida para otro”.
El Presidente afirmó que en el mundo contemporáneo si no hay inversión, no hay trabajo y por ende, no hay oportunidad para nadie. Dijo que el Estado no debe renunciar a regular porque es el primer instrumento que existe en una sociedad para distribuir lo se llama salario. “Y el salario es asegurar que la gente pueda discutir el valor de sus manos, de la entrega de su trabajo, gremio por gremio, organizadamente y que cuando no se lauda, cuando no se ponen de acuerdo las partes que componen el mundo del trabajo, el gobierno lauda. Y lauda con un sentido, siempre mirando y amparando un poquito al más débil en esta confrontación, pero no se puede pasar de la raya, porque si me paso de la raya me disparan”.
La vida, el consumismo y la globalización
Mujica aclaró que lejos de dar soluciones, promueve el pensamiento sobre cómo se mueve el mundo dinámico y que la humanidad se encuentra en una etapa en la que se necesitan decisiones globales, que no se toman por falta de acuerdos. Agregó que en el mundo unas 85 personas que poseen el mismo capital que casi la mitad de la humanidad más pobre. “En el mundo hay mucho más trabajo y mucho más riqueza y la humanidad nunca tuvo tanto recurso intelectual, tanta capitalización. ¿Pero qué nos pasa? Hay una excesiva concentración de la riqueza y esa excesiva concentración de la riqueza se vuelve en contra del propio desarrollo económico. Porque van quedando bolsones sumidos en la desgracia que actúan como un contrapeso y son la carne de cañón del narcotráfico, y de todas las maldades que nos rodean”, sostuvo.
Asimismo, criticó el consumismo y resaltó que el único bien que no se puede comprar es la vida, lo que significa que el tiempo de vida de cada persona es la riqueza superior a todas las riquezas que puede tener. “El cómo gastas el tiempo no comprable de tu vida, es la cuestión fundamental de tu existencia, es la que va a hacer la felicidad o la enajenación de esa aventura maravillosa de estar vivo. Y recuerda que eso tiene plazo”, sentenció.
De la misma manera, resaltó la importancia del amor, la familia y el tiempo de calidad con los hijos, así como también la libertad. “Y eres libre cuando tienes tiempo, y en ese tiempo glorioso es cuando ejecutas las cosas que a ti te motivan. Pero si tienes una vida material tan complicada que precisa tanta cosa, se te va la vida y el tiempo de tu vida atrás de las chauchas atendiendo esas complejidades y cuando querés acordar te despertaste, sos un veterano reumático y marchaste”.
Compromiso y esperanza
Mujica reiteró que pertenece a una juventud que quiso cambiar el mundo y luego de mucho garrotazo, fracaso, errores cometidos y sueños ilusorios lucha por mejorar su barrio, su casa y la relación con sus amistades, sin pretensiones de salvar el mundo, pero tratando de vivir de acuerdo con ese fuego que desde su juventud lo empujó. “Y he aprendido una cosa, los únicos derrotados son los que bajan los brazos. El ser humano es un animal durísimo, tiene una capacidad de recuperación gigantesca y con esto les quiero transmitir a la gente joven y esto es para todas las vicisitudes de la vida: Te puedes caer, una, dos, tres, cincuenta veces, pero vale la pena volver a empezar siempre”, enfatizó.
El Presidente resaltó dos ideas prácticas. En primer lugar, que una sociedad necesita una política tributaria en la que pague más quien tiene más, lo cual debe ser un principio de humanidad. En segundo lugar, tener una política laboral, que brinde dignidad a los que trabajan y contribuya a la creación de responsabilidad en la sociedad. “El ser progresista no es para vivir a costillas de los demás, es por el contrario, es comprometerse con la suerte de los demás”, aclaró.
En relación a los países, dijo que el republicanismo suscribe la igualdad entre los hombres y las mujeres, en contraposición a las monarquías y el feudalismo. Sin embargo, reconoce que los países republicanos están llenos de reminiscencias monárquicas y feudales y que se ha olvidado que quien manda en una república es la mayoría. En esa línea, sostuvo que la política no es una profesión. “La política es una devoción, es una profunda devoción de las relaciones sociales, es el amor a la vida, es el amor a la gente. Es el afán de querer a la gente y que la gente lo quiera, pero no es el camino de llenar el bolsillo. Por eso el republicanismo, por eso la forma de vida que tienen nuestros pueblos, por eso su forma y tenemos que pelear por eso, por recuperar eso”, resaltó.
Al finalizar su discurso, el Presidente uruguayo afirmó que México es buen país que supo recibir a muchos compatriotas en momentos de dolor y es un ejemplo de solidaridad con los perseguidos del mundo y con todos los exiliados de América Latina. “Se que tienen defectos, mataduras, roturas, pero quiéranse mexicanos y siéntanse parte de nuestra América, de nuestra nación”.