En las últimas semanas se han sucedido algunos pronunciamientos de empresarios y directivos de organizaciones empresariales sobre PODEMOS. Al parecer, no sólo PSOE y PP están nerviosos por la pérdida de status que supondría una mayoría de este nuevo partido. Dentro de la patronal están preocupados por la posible pérdida de dinero fácil que tendría lugar si los dos partidos hasta ahora mayoritarios dejan de serlo.
Y es que no son cifras para tomar a la ligera. Sólo del presupuesto de Oviedo, las empresas privadas se llevan cada año 96 millones de euros, un 46% del presupuesto disponible para todo el concejo. Desconocemos si los empresarios adjudicatarios de contratos públicos han utilizado técnicas corruptas para conseguirlo, pero es demasiado sospechosa la buena relación de suculentas obras públicas con algunos políticos del PSOE y PP. Y no menos causal es el hecho de que el porcentaje destinado a contratos y subvenciones a empresas privadas venga creciendo desde hace años.
Es curioso cómo alguien puede asegurar que el programa económico de Podemos no es viable y, al mismo tiempo, defender sin sonrojarse la viabilidad del actual. Un sistema de reparto presupuestario que ha causado muerte, paro, deuda, pobreza e incertidumbre como hacía décadas que no veíamos.
Sin embargo, la retahíla de declaraciones en contra de PODEMOS por parte de la casta empresarial no es ninguna sorpresa para quien haya conocido a determinados personajes de la Asturias empresarial más rancia. La forma de hacer negocios de estos empresarios alarmistas es viejuna y está basada en el capitalismo de amiguetes. Para ver tarjetas black, subvenciones a dedo y cierres de acuerdos en lugares de alterne no hace falta pasar el Huerna.
Por suerte, la ciudadanía está a punto de cerrar el grifo. Y ellos lo saben. Saben que PODEMOS defiende no sólo una nueva manera de hacer negocios; defiende un modelo económico basado en la eficiencia. Una sociedad comprometida con la igualdad real de oportunidades para todas las personas sea cual sea su procedencia o estrato social, en la que el acceso al mercado laboral y su carrera profesional no dependa de enchufes, amigos o contactos en la oligarquía empresarial o en la casta político o sindical. De igual modo, las empresas que han de hacer negocios con la Administración Pública han de manifestar méritos contrastables en lugar de entregar sobres en B. Es lógico que a las instituciones plagadas de imputados y condenados esto no les parezca bien.
Sobre la Renta Básica, la Deuda Pública y otras medidas propuestas por PODEMOS se están diciendo muchas barbaridades. Que nadie se quede con mensajes equivocados, invitamos a todos, también a los empresarios, a que se sumen a nuestras asambleas, con la mente abierta y con actitud democrática. En las asambleas de PODEMOS la ciudadanía descubre que estamos preparados para gobernar también en lo económico. Porque los mejores economistas no están en los consejos de Administración del IBEX ni de la banca. Porque provocar un agujero de 60.000 millones en el sistema financiero no es una cuestión de preparación sino de honestidad. Y PODEMOS se asegura de tener entre sus filas ciudadanía honesta. Y preparada.