CEU-UCH/DICYT Localizar explosivos en Afganistán, descubrir drogas en el interior de vehículos que se encuentran a más de 60 ºC de temperatura o realizar labores de seguridad durante horas a temperaturas extremas son algunas de las funciones que desempeñan los equipos caninos de la Policía Militar. Una investigación de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera, dirigida por la profesora Milagros Benito, ha determinado las capacidades de termorregulación de estos perros, su susceptibilidad al estrés térmico y la utilidad de diferentes chalecos refrigerantes para evitar que puedan sufrir un golpe de calor durante sus labores de vigilancia o búsqueda de explosivos y estupefacientes.
El golpe de calor es definido como un “cataclismo biológico” que puede provocar alteraciones a todos los niveles e incluso terminar en la muerte del perro. Según señala la profesora de Veterinaria de la CEU-UCH, Milagros Benito, “como sucede con las personas, el golpe de calor puede afectar también a los perros, especialmente al trabajar en condiciones de elevadas temperaturas. Por eso, en colaboración con la sección cinológica de la Policía Militar del Batallón número I de Bétera (Valencia), especialmente sensibilizada con la búsqueda del bienestar de sus perros de trabajo, se ha estudiado la forma de prevenir los síntomas que podrían provocar esta patología, con el objetivo de evitar estos riesgos para la salud de los perros y mejorar su rendimiento en condiciones extremas de calor”.
Test de esfuerzo
Para detectar las capacidades de termorregulación de los perros estudiados, reconocer aquellos con especial susceptibilidad al estrés térmico y comparar la utilidad de diferentes chalecos refrigerantes, el equipo de investigación liderado por la CEU-UCH realizó un test de esfuerzo básico a trece perros, procedentes de la Sección Cinológica del Batallón de Policía Militar nº I, en Bétera. Durante cuatro días consecutivos, los animales realizaron una marcha a una velocidad media de 10 kilómetros por hora durante 20 minutos, para determinar su presión arterial sistémica y su temperatura rectal en diferentes tiempos pre y post-carrera: en los caniles, en reposo antes de la prueba, inmediatamente después del esfuerzo y a los 15 minutos de recuperación. Estas pruebas se realizaron con tres modelos diferentes de chalecos refrigerantes para comparar su eficacia.
Según señala la profesora Benito, de la CEU-UCH, “desde el inicio del test de esfuerzo, hubo una respuesta heterogénea en los valores de presión arterial sistémica y de temperatura rectal obtenidos. En tres perros, la temperatura interna más alta registrada fue de 43 ºC. Esta temperatura supera el límite de la hipertermia y señala un alto riesgo de golpe de calor”. Con respecto a las equipaciones estudiadas, “el chaleco refrigerante para perros que utiliza la refrigeración por evaporación natural resultó significativamente más útil que los restantes”.
Detección precoz del estrés térmico
Como principales resultados del estudio, la profesora de Veterinaria de la CEU-UCH Milagros Benito destaca que “el entrenamiento, el efecto aprendizaje, el control del estrés y la utilización de una equipación refrigerante óptima, son claves para conseguir una mejor adaptación de los perros a temperaturas altas, especialmente en aquellos animales más sensibles al estrés térmico”. También destaca que la colaboración por parte de los guías caninos en la detección precoz y en el conocimiento de las condiciones de vida del perro es insustituible para conseguir el mayor rendimiento en sintonía con el bienestar del animal.
“La realización de exámenes físicos completos y de mapas fisiológicos en cada sección son de gran ayuda para conocer las variaciones individuales y las diferentes respuestas a las altas temperaturas”, explica la profesora Benito. Según apunta, “en un futuro, podría llegar a plantearse la selección de razas más adaptadas a las altas temperaturas o incluso el uso de perros seleccionados genéticamente para la creación de equipos cinológicos mejor adaptados a los climas cálidos, ya que es posible una intervención práctica de la genómica”.
Premio en Sanidad Militar
Este estudio, dirigido por la profesora de la CEU-UCH Milagros Benito, ha sido premiado como la mejor comunicación presentada en el I Congreso de Sanidad Militar, celebrado del 22 al 25 de octubre en Granada y en el que participaron enfermeros, farmacéuticos, médicos, odontólogos, psicólogos y veterinarios, tanto militares como civiles. La investigación ha llevado por título “Control de estrés térmico en los perros de la Sección Cinológica del Batallón de Policía Militar nº 1 a través de la comparación de diferentes modelos de chalecos refrigerantes para la prevención del golpe de calor en situaciones de calor extremo y/o exposición prolongada al sol”.
El equipo liderado por la profesora Benito, de la CEU-UCH, ha estado integrado por los veterinarios Diego Lozano y Gemma María Lázaro, de los servicios veterinarios de las bases del Ejército en Bétera y Marines, y, muy especialmente, con la colaboración de los guías caninos de la sección cinológica del Batallón de Policía Militar número I, en Bétera, sin la que no habría podido realizarse la investigación. También han participado en el estudio los profesores Dominique Grandjean y Delphine Cléro, de la UMES (Unité Militaire pour l'Élevage et le Sport) de la École Nationale Vétérinaire de París, que colaboran con el ejército francés en estas mismas áreas. De este modo, la investigación ha podido contar con la experiencia de expertos militares en el adiestramiento, cuidados y entrenamiento que necesitan estos perros para que su salud y su rendimiento sean óptimos.
Sobre la colaboración con el Ejército para esta investigación, la profesora Benito recuerda que los orígenes de la Veterinaria actual son militares y que, actualmente, la relación entre la Veterinaria y la Sanidad militar es fundamental en muchos terrenos, tanto en higiene y seguridad alimentaria, como en la propia clínica,¡ de caballos y, sobre todo hoy en día, de perros. Para investigaciones futuras, la doctora Benito prevé integrar en el equipo a especialistas en medicina deportiva “para ahondar y crecer de forma conjunta desde la Veterinaria especializada en perros de utilidad y de deporte”.