El Ministerio Fiscal sostiene en su escrito que, a principios de 2012, la acusada concibió la idea de iniciar una relación de afecto con la víctima, hombre de edad avanzada (nació en 1930) y de insuficiente formación, al que conocía desde tiempo atrás. Su propósito era que éste le fuera entregando diversas cantidades en metálico, aprovechándose de la confianza que tenía depositada en ella. Así, la mujer se presentó en los primeros meses de 2012 en el domicilio del hombre, en el concejo de Mieres y se fue ganando su confianza y afecto.

   En el contexto de esta relación le manifestó que era titular de bienes inmuebles y que, además, esperaba recibir una importante suma procedente de una herencia, pero que de momento necesitaba dinero para efectuar ciertos pagos. De esta forma, consiguió que el hombre le hiciera entrega en sucesivas ocasiones de diversas sumas de dinero, en total, más de 20.000 euros.

   La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito continuado de estafa de los artículos 248.1, 249 y 74, apartados 1 y 2, del Código Penal, con la agravante de reincidencia, y solicita que se condene a la acusada a tres años de prisión, pago de las costas procesales y abono de una indemnización a la víctima de 20.133,29 euros, importe total de las sumas estafadas, más los intereses legales.