Oviedo (E.P.) .-El presidente del Principado de Asturias, el socialista Javier Fernández, ha insistido esta necesidad de lograr un acuerdo que permita la aprobación de unos presupuestos regionales para 2015. "No sería comprensible que Asturias volviese de nuevo a quedar sin presupuesto", ha manifestado en su intervención en la entrega de los Premios Carrefour, a Embutidos Alto Aller y Nueva Rula de Avilés, .donde ha defendido la 'marca Asturias'.
Fernández ha explicado que su gobierno está haciendo "lo posible y casi lo imposible" con los "menguados" recursos de los que dispone, limitado por la crisis y constreñido por el cumplimiento obligatorio de los objetivos de déficit. "Por favor, no caigamos en el error de dejar al Principado sin presupuesto por segundo año consecutivo", ha pedido.
Por eso ha pedido al resto de fuerzas políticas que "abran bien los ojos" a lo que los ciudadanos están "pidiendo a gritos", no sólo en este asunto, sino también en cuestiones como la lucha contra la corrupción.
"Nos están reclamando a voces que estemos a la altura de las circunstancias y, en lugar de ensimismarnos en nuestras cuitas particulares, seamos capaces de tomar decisiones por el bien de la gente", ha dicho. Las cuentas regionales servirían para dar apoyo a personas y sectores que están necesitados del mismo en Asturias.
Intervención del presidente del Principado, Javier Fernández, durante la entrega de los Premios Carrefour
La convivencia entre realidades e ilusiones siempre se lleva mejor cuando ambos términos están bajo control. Si la realidad se turbia hasta hacerse insoportable, marchita la ilusión. Si ocurre lo contrario y es la ilusión la que se dispara cortando amarras con la realidad, la decepción será inevitable.
Digo esto, un tanto sentencioso, porque vivimos unos tiempos en los que parece que la única alternativa para librarnos de una realidad agobiante es el escapismo. Es comprensible, pero socialmente resultaría desastroso. Hay que lidiar con la realidad tal como es: compleja, cambiante, difícil. Ni vale negarla ni, por supuesto, intentar cambiarla a golpe de eslogan, como si todo fuera cuestión de acertar con la palabra mágica que obre el milagro.
Los empresarios saben perfectamente a lo que me refiero: a ellos no les vale huir de las circunstancias y perderse en la ensoñación; tampoco les sirve resignarse, dejarse vencer. Esto vale tanto para Carrefour como para las dos sociedades premiadas: Embutidos Alto Aller y Nueva Rula de Avilés.
Al preparar esta intervención, pensé que realmente hoy, en este acto, celebramos un triple premio.
- Uno, el concedido a la mejor pyme agroalimentaria, se lo lleva Alto Aller. En este caso nos referimos a una empresa con más de tres décadas de historia, apreciada en toda la cornisa cantábrica por la calidad de sus productos y con la vocación de ampliar su mercado al resto de España. Enhorabuena.
- · Otro, a la empresa más innovadora, recae en la sociedad Nueva Rula de Avilés, que inició su andadura en 2009. Una instalación de referencia en todo el Cantábrico que lidera la primera venta de pesca en el Principado. A lo largo del último ejercicio, 13.000 toneladas subastadas por un valor de 28 millones.
Al hablar de la Nueva Rula de Avilés déjenme recordarles las ayudas concedidas con cargo a fondos europeos para la construcción y para el equipamiento y subrayar la construcción de la nueva fábrica de hielo, que permitirá mejorar aún más la calidad.
Si Alto Aller es, en su condición de pyme, una empresa reconocida y valiosa para su concejo, la Nueva Rula es básica para Avilés y para toda la actividad pesquera
en Asturias. Es un símbolo del compromiso con el sector. De paso, y ya puestos a barrer para casa, recuerdo que en el último Consejo de Gobierno se aprobaron ayudas por 627.000 euros para la adaptación de la flota pesquera.
Enhorabuena también a la Nueva Rula de Avilés.
- El tercer premio, implícito en el acto, corresponde, lógicamente, a Carrefour. Asentada en el Principado desde hace 37 años y con cerca de un millar de empleos, es un actor importante en nuestra economía. Digamos que sus instalaciones, y en particular las del complejo Azabache, en Lugones, están plenamente insertas en nuestro paisaje comercial y hasta en el sociológico. Conseguir esa buena integración también es un éxito empresarial, y la concesión de estas distinciones es una ocasión para reconocerlo.
Por lo tanto, tercera enhorabuena, ahora para Carrefour.
Me referí al principio a la convivencia entre realidad e ilusión. Hice una reflexión de andar por casa que seguramente se entenderá en términos políticos. No digo que no sea aplicable. Pero, insisto, es adecuada a lo que celebramos con la concesión de estos premios. Tres realidades –Alto Aller, Nueva Rula de Avilés y Carrefour- con ilusión de seguir creciendo, mejorando su actividad. Y mi gobierno quiere ayudarles en la medida de nuestras posibilidades, porque su desarrollo contribuirá al de toda Asturias.
Los políticos, ya lo saben, estamos obligados a hablar mucho; yo diría que demasiado, porque en esta democracia mediática se nos requiere de continuo opinión y criterio sobre todo. Casi llegamos a ese nivel de excelencia opinadora que son los tertulianos. Y así, y esto ya no es broma, por fuerza nos repetimos, volvemos una y otra vez a los mismos recursos retóricos, caemos en lugares comunes y en mil errores.
Pero también es verdad que algunas cuestiones deben repetirse mucho, hasta la saciedad, para que acaben calando. Las sociedades premiadas hoy son también, aparte de las cualidades que antes cité, un ejemplo de las posibilidades que ofrece nuestro sector primario. Algo que Carrefour ha entendido y aprovechado empresarialmente con acierto. Y sobre esto insisto a propósito, porque es uno de los ámbitos donde más y mejor podemos desarrollarnos a lo largo de los próximos años.
Resumido en lenguaje publicitario, que es el que se ha impuesto en la comunicación pública a todos los niveles, diríamos que la marca Asturias incluye, como una de las características más definitorias –junto con la cultura y la capacidad industrial y el elevado nivel de sus servicios públicos, muy superior a la de otras comunidades autónomas- una altísima calidad natural que comprende paisaje, recursos y productos.
Ésas son algunas de las señas principales de la Asturias de hoy, rasgos que mi gobierno quiere acentuar: potencia industrial, buenos servicios públicos, y, como subrayé, una fortísima calidad natural. En esa realidad, yo no pierdo la ilusión, sino que la acreciento día a día, de que alcancemos el potencial de desarrollo agroalimentario que aún tenemos sin explotar. El Programa de Desarrollo Rural 2014-2020 elaborado por la consejería de Agroganadería y remitido este verano a la Comisión Europea con una previsión presupuestaria de 499 millones, es una herramienta básica para seguir trabajando por ese objetivo.
Precisamente, en este acto nos acompañan la consejera de Agroganadería y el consejero de Economía. Les aseguro que ambos están haciendo lo posible y casi lo imposible, con los menguados presupuestos de los que disponen para avanzar hacia esas metas. Aprovecho para subrayar una evidencia: limitado por la crisis, constreñido por el cumplimiento obligatorio de los objetivos de déficit, el Gobierno de Asturias maneja muy pocos recursos económicos. Por favor, no caigamos en el error de dejar al Principado sin presupuesto por segundo año consecutivo. Llevo meses reiterándolo y cada vez encuentro más razones para insistir. Abramos bien los ojos a lo que está sucediendo, a lo que nos están diciendo todos los estudios, y entendamos que tanto en este asunto como en otros –y me refiero explícitamente a la lucha contra la corrupción- los ciudadanos nos están pidiendo a gritos un gran ejercicio de responsabilidad. Nos están reclamando a voces que estemos a la altura de las circunstancias y, en lugar de ensimismarnos en nuestras cuitas particulares, seamos capaces de tomar decisiones por el bien de la gente. No sería comprensible, repito, que Asturias volviese de nuevo a quedar sin presupuesto cuando hay tantas personas y tantos sectores necesitados de apoyo. No puede ser tanto lo que nos separa como para impedir un acuerdo por el bien de los asturianos.
Por nuestra parte, insisto y recupero el hilo del discurso, el compromiso con el desarrollo de la industria agroalimentaria es firme. Pero, sin duda, los auténticos protagonistas sólo pueden ser ustedes, quienes representan hoy aquí la capacidad empresarial y la iniciativa emprendedora que, cada vez con más fuerza, va arraigándose en Asturias.
A mí, seguro del porvenir de la industria agroalimentaria en el Principado, sólo me queda animarles a continuar, a perseverar, convencido de que han elegido un buen camino.
Reitero mi triple enhorabuena. Gracias a los responsables de Carrefour por haberme dado la ocasión de intervenir.